9 de Julio: visita de Fernández a Tucumán con protestas y mensaje a Máximo Kirchner
El viaje del presidente Alberto Fernández a la provincia de Tucumán para encabezar los actos por el 205 aniversario de la Independencia argentina estuvo en duda durante toda la semana pasada. El Gobierno nacional ya tenía indicios de que los ánimos estaban caldeamos en ese distrito y que se organizaban diversas movilizaciones para repudiar la visita oficial.
Evitar la imagen de debilidad fue la consigna y finalmente se decidió que el mandatario estuviera presente, pese a que los últimos dos destinos que visitó, Salta y Córdoba, no le dieron la mejor bienvenida.
Como ya sabían las autoridades tucumanas y de la Nación, fue un grupo de autoconvocados el que llegó primero a las inmediaciones de la Plaza Independencia con banderas argentinas y consignas en contra de la administración del Frente de Todos. Esto ocurrió en la previa a la actividad central que se iba a desarrollar en la Casa Histórica.
Un grupo de los manifestantes lograron sortear los vallados y estuvieron a punto de derribar una camioneta de la Policía local, que con varios efectivos dentro intentaba restringir la circulación para garantizar la seguridad del jefe de Estado y del gobernador local, Juan Manzur.
Quienes se convocaron para repudiar la gestión gubernamental, se reunieron previamente en la Plaza Urquiza, en la capital provincial, para avanzar hacia la Casa de Gobierno. En el recorrido pudieron atravesar los controles policiales. Se generó un clima de mucha tensión durante varios minutos. Los vídeos que filmaba la propia gente con sus dispositivos celulares y algunos medios locales mostraron empujones, golpes y todo tipo de insultos. Algunos Jubilados que estaban en el lugar denunciaron luego que recibieron golpes de parte de los uniformados.
Una de las mujeres que participaba de la movilización gritó: “nosotros tenemos derecho de ir a nuestra Plaza y vamos a ir”, luego aseguró que fue reprimida por las fuerzas. La Policía montó un operativo sobre la calle 25 de mayo, donde se registró la mayor violencia con los ciudadanos que pretendían avanzar.
Luego de las palabras de Manzur, el titular del Poder Ejecutivo argentino dio un duro discurso. En la parte más tranquila del mismo, Fernández hizo un recorrido sobre la figura de los próceres de la Patria, defendió su gestión de la pandemia, hizo una tibia crítica a la oposición, para luego, con una voz que parecía estar al borde del quiebre, le contestó a Máximo Kirchner, el titular del bloque oficialista en la cámara de Diputados, que cuestionó el Decreto de Necesidad y Urgencia firmado por el Presidente para permitir el acceso a vacunas pediátricas.
La frase que fue dirigida al hijo de la actual vicepresidenta fue contundente: “nunca esperen de mí que firme algo que arruine la vida del pueblo argentino, nunca. Espero que me entiendan, porque si alguien espera que yo claudique ante acreedores o laboratorios se equivoca, no lo voy a hacer, antes me voy a mi casa, advirtió al borde del llanto.
Luego del evento por el 9 de Julio, el jefe de la Casa Rosda declinó una invitación de Manzur para ir a la Ciudad Sagrada de Quilmes, ubicada en los Valles Calchaquíes. Era parte de la agenda que había diagramado la gobernación local.
El plan era que el mandatario provincial y el nacional mantuvieran un encuentro con el Consejo de Ancianos de la comunidad. Lo cierto es que integrantes de las comunidades originarias de Amaicha del Valle, de Colalao del Valle, y de Quilmes intentaron llegar hasta el lugar con la intención de dialogar y presentarse como sus anfitriones. Fue allí cuando la policía les impidió el paso, algo que replicó otro foco violento. Así fue que Alberto Fernández con la primera Dama, Fabiola Yañez y los ministros de su Gabinete se trasladaron directamente de regreso a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento nacional argentino para FM Concierto 105.5