Canje de deuda: en pasillos oficiales se ilusionan con nivel de aceptación «a la ecuatoriana»
La expectativa es lograr una adhesión histórica luego del visto bueno de BlackRock. ¿El caso de Ecuador podría ser un presagio del resultado?
resultado formal de la reestructuración de la deuda legislación extranjera tendrá que esperar hasta el 24 de agosto, fecha límite del canje que el Gobierno extendió para tomar los bonos que se entregarán en la operación. Después de la adhesión pública de los tres comités más grandes de acreedores (con el más visible y emblemático BlackRock a la cabeza), ahora sólo resta saber cuál será el nivel de aceptación general de la transacción. En pasillos oficiales y fuentes allegadas a la operación creen que la Argentina podría tener una aceptación «a la ecuatoriana», país que recientemente reestructuró su deuda.
«El poder de arrastre que tiene BlackRock es muy fuerte, nadie va a querer quedarse afuera», afirman quienes están en la mesa chica de la transacción. Concretamente, Ecuador había lanzado una oferta consensuada precisamente con un grupo de bonistas entre los cuales estaba BlackRock que, en total, representaban el 53% de la deuda a reestructurar.
Hizo al revés que la Argentina, primero arregló con los principales bonistas y luego esperó que el resto se sumara por razones obvias. Y no se equivocó. Un día antes de conocerse el entendimiento entre la Argentina y sus acreedores, el país gobernador por Lenín Moreno anunciaba una aceptación global a su operación del 98%.
Los números que alientan la esperanza
En el caso local, los tres principales grupos de acreedores (Ad Hoc, Exchange y ACC) tienen el 54% de la deuda total a ser canjeada, entre lo que se destaca el 60% de los títulos K (emitidos entre el 2005 y 2010) y el 51% de los colocados por Mauricio Macri (los Globales a partir del 2016). De ahí que las similitudes son demasiadas entre el caso ecuatoriano y el argentino, algo que podría presagiar un desenlace similar.
Bonos K, la posible piedra en el zapato
La matemática indicaría que sumando lo que ya tenía el canje antes del visto bueno de los fondos de Wall Street y la participación mayoritaria de estos, alcanzar niveles del 90% no sería ilógico. La única duda que tienen algunos es si lograrán alcanzar las cláusulas de acción colectiva (CACs), o sea las que permiten arrastrar a los que no quieren entrar, en el caso de los bonos K que tienen umbrales del 85% del conjunto de las series y 66% de cada indenture).
De vuelta, la esperanza es que el poder de arrastre que tiene BlackRock y el resto de los grandes jugadores que ya dieron el sí, disuada a algún «trasnochado» que quiere quedarse afuera e intentar litigar. Otra vez, el caso ecuatoriano podría sentar precedente. Dos fondos como Contrarian Capital y GMO, que también son acreedores de la Argentina, intentaron demandar a Ecuador en los tribunales de Nueva York por la utilización de las cláusulas de arrastre y la justicia americana falló rápidamente en favor del país. El resultado, ingresaron al canje y se terminó la discusión.
«Se van a tirar de cabeza en este canje, ya no hay nada más que hacer. La pelea estará por la asignación de los bonos cortos, porque si no te dan títulos a más largo plazo y eso no lo quieren tanto. Pero sea como fuere, nadie tiene incentivos para quedarse afuera de esta transacción, ya está jugado el partido cuando BlackRock decidió decir que sí», comentaba un experimentado ex funcionario del área de Finanzas.