Con crisis económica y pandemia asado entre Fernández y la CGT para negociar cargo en la Superintendencia de Salud
El presidente Alberto Fernández suspendió su participación presencial en una actividad en el Hotel de los Inmigrantes vinculada al Consejo Económico y Social, para invitar, en el país de los 19 millones de pobres, a un imponente asado en la Residencia de Olivos, a los máximos dirigente de la Confederación General del Trabajo (CGT). Según fuentes gremiales los caciques sindicales fueron a proponer un nombre para que ocupara el lugar que quedó vacante en la Superintendencia de Servicios de Salud, el fallecido Eugenio Daniel Zanarini.
Los erráticos voceros oficiales se encargaron rápidamente de pulsar los botones de envío de sus chat discrecionales para circular pseudos «off» donde se aseguraba que el mandatario les dijo a los representantes cegetistas que «ya tiene decidido el nombre para ocupar el cargo, una persona de su confianza que ya viene trabajando en el tema y puesto por su espacio político». El nombre sería el de Daniel Alejandro López, ex socio del despedido Ginés González García por las denuncias en su contra por el denominado Vacunatorio Vip.
Según los comunicadores oficiales en su pobre información «secreta», dijeron que «los gremios detallaron el trabajo que vienen realizando en el marco de la pandemia». Pero la realidad es que fueron a pedir por David Aucharán, quien se encarga de la gerencia general del organismo y tiene muy buena relación con los sindicatos. Se trata un médico de la provincia de San Juan que tiene 59 y se desempeña como director nacional de Acceso a los Servicios de Salud de la Agencia Nacional de Discapacidad, un ente que depende de la Secretaría General de la Presidencia que encabeza Julio Vitobello.
En medio de la negociación que no terminaba de convencer a los llamados «Gordo», Fernández hizo una promesa, entregarle a las obras sociales gremiales unos 11millones de pesos para compensar los gastos en educación y transporte del rubro discapacidad, y que en realidad significa el mayor porcentaje de gastos que tiene el sistema, cerca de un 37%, y que en el 2020 llegó a los $28.700 M.
Hubo otro pedido de lo cabecillas de la CGT: modificar el sistema de libre elección de la obra social. Para evitar rispideces el titular del Ejecutivo nacional garantizó que en el futuro cada afiliado deberá permanecer un año en la obra social de su actividad antes de disponer el traspaso de los aportes a otra entidad sanitaria.
Aunque frente a los periodistas a la salida de Villate 1000, el Secretario de la Unión Obrera Metalúrgica dijera que la ministra de Salud, Carla Vizzotti no estuvo con ellos, si se la vio en la foto oficial. Lo que pasó es que la funcionaria no formó parte de la negociaciones por el lugar en la SSS y el resto de temas, pero antes informó cómo está evolucionando la compra y la llegada de las vacunas. En ese momento le volvieron a recordar que varias entidades gremiales que tienen en sus filas a trabajadores esenciales le reclamaron que priorice la vacunación de sus afiliados, algo que nunca fue respondido por la cartera sanitaria.
En la quinta del barrio de Olivos estuvieron Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (estaciones de servicio), Andrés Rodríguez (Unión del Personal Civil de la Nación), Gerardo Martínez (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Armando Cavalieri (Comercio), Antonio Caló (metalúrgicos), Sergio Romero (docentes), Roberto Fernández (Unión de Tranviarios Automotor y Jorge Sola (seguros).
Entre los funcionarios presentes almorzaron, el jefe de Gabinete nacional, Santiago Cafiero, el Secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, el Secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, su par de salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial, Cecilia Nicolini, junto a Pamela Ares.
Juan Pablo Peralta, periodistas acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento nacional argentino para la FM Concierto 105.5
