Con cruces con el fiscal, Alberto Fernández declaró en favor de Cristina Kirchner en la causa que se le sigue por irregularidades en la obra pública
El presidente Alberto Fernández decidió declarar de manera presencial en los tribunales federales de Comodoro Py, lo hizo como testigo durante casi tres horas en su calidad de ex jefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner. Fue en el juicio por las irregularidades en la obra pública durante los tres gobiernos kirchneristas. La postura del mandatario fue defender a su vicepresidenta, Cristina Kirchner, que es la principal acusada del caso.
El titular del Ejecutivo argentino dijo: “me llama mucho la atención lo que estamos discutiendo en este juicio”, y aseveró que el modo en el que un gobierno reparte la obra pública es una decisión que es “no judiciable”. En la testimonial, Fernández cuestionó en varias oportunidades las acusación. Esta es la segunda vez que declara como testigo en una causa judicial adversa a CFK.
“Hay una suerte de fantasía de que acá se juntaban dos o tres personas y decían mandémosle más plata a alguien, en los hechos es imposible que eso ocurra. Y eso es lo que me llama la atención de este juicio, a mi el decreto de procesamiento de Cristina me llamó la atención”, remarcó en un momento de la declaratoria.
Los responsables de hacer la preguntas fueron, Carlos Beraldi, defensor de la ahora titular del Senado de la Nación, que fue quien lo había ofrecido como testigo, también los abogados del condenado Lázaro Báez y Nelson Periotti, y el fiscal Diego Luciani, con quien el Presidente protagonizó algunos cruces tensos en el trascurso de la audiencia, a la que no tuvo acceso la prensa, sino que fue seguida por streaming a través del circuito cerrado del Centro de Información Judicial (CIJ). En otra sala, la portavoz Gabriela Cerruti, el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, y el diputado oficialista, Eduardo Valdés siguieron la audiencia en directo.
Fernández reiteró el concepto de que la acusación se basa en hechos políticos no justiciables. Estrategia que no sólo fue utilizada por exfuncionarios del kirchnerismo como argumental de defensa, sino que también fue tomada por la Justicia cuando definió la línea que siguieron algunas causas judiciales, tal el caso del denominado «Pacto con Irán», en la que se determinó que se trató de un acto de gobierno de las mismas características, al igual que la causa dólar futuro.
En este caso se investigan contratos de obras públicas viales que recibió el ex empleado bancario, acusado de ser testaferro de Néstor Kirchner, Lázaro Báez en épocas de las administraciones kirchneristas. Entre las hipótesis de la acusación, está la de que se redistribuyeron partidas presupuestarias para poder asignarlas a las obras públicas que Vialidad Nacional que se financiaron en la provincia de Santa Cruz. La tarea de reasignación de partidas presupuestarias es propia de los jefes de gabinete. Fernández expresó que en ese cargo no estaba involucrado con las cuestiones de la obra pública, algo que reiteró a lo largo de su declaración, además de cuestionar al fiscal Luciani cuando le fueron exhibidas partidas presupuestarias de algunas obras en particular. Después de mostrarle la planilla, el fiscal insistió en preguntarle sobre un anexo del presupuesto, especialmente sobre las circunstancias de una obra contratada en Santa Cruz, y sobre el criterio para asignar partidas presupuestarias. Las defensas, mientras tanto, objetaban la línea interrogatoria de Luciani intensamente.
“No hay una regla que diga que a una provincia le toca una cantidad de dinero por los habitantes que tiene”, aseguró Alberto Fernández, e insistió en que “no hay una regla que diga cómo se reparte la obra pública”, para agregar, “la obra pública es un enorme motorizador de la economía”..
“Usted no me escuchó bien antes o tiene un problema de comprensión”, espetó el Presidente de la Nación al fiscal que lo interrogaba. El titular del tribunal Jorge Gorini intervino y Fernández bajó el tono al manifestar que “de ningún modo quise faltarle el respeto al doctor”, en referencia al fiscal que impulsa la acusación contra Cristina Kirchner.
Pero el momento más caliente del interrogatorio del fiscal fue cuando le preguntó por unos viejos dichos del actual presidente. Se refirió a una nota hecha en una radio en el año 2016, cuando se detuvo al exfuncionario José López y Fernández apuntó que le había advertido a Cristina Kirchner sobre lo que estaba pasando con la obra pública en su gobierno. “La pregunta no es pertinente, las declaraciones brindadas por el testigo han sido de dominio público, acá no se trata de confrontar lo que haya dicho en una nota o publicación periodística, sino por su rol de jefe de gabinete”, refrendó el juez Jorge Gorini, quien no hizo lugar a la pregunta.
En ese momento el Presidente dijo: “¿tengo derecho a agregar algo?. No recuerdo esa grabación. Pero tengo opinión sobre lo que está pasando y particularmente sobre este juicio, y lo he dicho públicamente. Si lo que quieren es conocer mi opinión sobre cómo veo yo que todo ha transcurrido, yo encantado le brindo mi opinión pública y notoria, pero lo que trato de evitar es que se segmenten las cosas porque si no, puede ser malinterpretado lo que yo he dicho y lo que digo”.
Luego hubo un pedido para que Fernández saliera de la sala de audiencias para que el fiscal le explicara al tribunal por qué creía importante su pregunta. Al final, el tribunal volvió a convocarlo a la sala y les informó a todos que por mayoría, aunque con disidencia de Rodrigo Giménez Uriburu, había decidido que la pregunta no era pertinente por tratarse de declaraciones públicas.
Se dio una situación relevante cuando el Presidente respondió sobre Báez. “no conozco a Lázaro Báez, lo crucé una vez en Calafate y recuerdo perfectamente el diálogo, me dijo ‘mucho gusto’, y me dio la mano”.
“No hay más preguntas”, señaló el secretario del tribunal. De esa manera, y después de casi tres horas de declaración, terminó la presentación del jefe de Estado como testigo en el juicio oral contra la senadora Cristina Kirchner por el reparto de la obra pública. El máximo funcionario de la Argentina se retiró de los tribunales con la misma comitiva con la que llegó.
En esta instancia judicial ya declararon como testigos los ex jefe de Gabinete: Juan Manuel Abal Medina, Jorge Capitanich y Aníbal Fernández. Todos negaron haber favorecido, en base a la ampliación de partidas presupuestarias a Santa Cruz y al empresario Lázaro Báez. Otro que presó testimonio fue el actual procurador del Tesoro y exsecretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, quien apuntó sus dardos contra el Poder Judicial.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento nacional argentino para FM Concierto 105.5