Economía

Con el blue descontrolado, el Gobierno toma el fin de semana largo para diseñar un nuevo y crucial intento estabilizador

Con un clima enrarecido, en las "cuevas" nadie quería vender, lo cual exacerbó la espiral de la cotización. Ya se habla abiertamente de medidas drásticas

Crisis de confianza. Eso es lo que dicen los analistas de la city que se vive en el mercado por estos días: falta de confianza en el Gobierno y en las medidas tomó hasta ahora para tratar de calmar un nerviosismo que no se detiene y que el viernes hizo que el dólar blue llegara a $167, casi $100 más que los $68,50 que valía cuando asumió Alberto Fernández el 10 de diciembre de 2019.

Mientras tanto, y entre rumores de cambios, en el equipo económico se preparan para trabajar todo el fin de semana largo en una evaluación de los resultados que arrojaron las medidas anunciadas el 1º de octubre pasado, especialmente la baja de 3 puntos porcentuales a las retenciones que apuntaba a estimular a los exportadores a liquidar sus dólares.

Sin duda las del viernes fueron las últimas horas de una semana agitada y difícil, en la que abundaron todo tipo de versiones y rumores en la city porteña. Las distintas posibilidades fueron desde que el próximo martes el Gobierno aplicará una devaluación del 30% hasta la idea de un desdoblamiento cambiario como propuso -hace meses ya- el ex ministro de Economía Domingo Cavallo. Todo junto y bien mezclado. Pero todos coincidieron en una palabra: desconfianza.

«Podés poner a Roque Fernández en el Banco Central que igual el mercado no te va a creer, porque no hay plan para salir de esta crisis, que ya es una crisis de confianza», dijo un experimentado analista del mercado financiero. Y añadió: «Esta no es una crisis cambiaria ni financiera, es una crisis de confianza. Ya nadie cree en lo que el Gobierno hace. Y eso, es muy difícil de revertir».

De hecho, varios analistas se preguntaban: ¿cuál fue la última medida que tomó el Banco Central que haya logrado llevar calma al mercado? «Ninguna», respondieron al unísono. Y todos lo atribuían a la pérdida de confianza de parte de los inversores, analistas y jugadores en general del mercado, sobre las acciones del Gobierno.

En el centro de las versiones, Miguel Pesce busca un freno al deterioro de reservas

En el centro de las versiones, Miguel Pesce busca un freno al deterioro de reservas

Un hervidero de versiones

Porque, coincidían, ya no se trata sólo del titular del Banco Central, sobre quien corrieron miles de rumores esta semana e incluso a las 16 de este agitado viernes algunos se atrevían a darlo por «renunciado», sino del Gobierno en su conjunto. Los inversores, los que ponen su dinero en activos financieros -personas y empresas- no le creen al Gobierno. Eso es una crisis de confianza.

«El mercado ya no cree que las medidas que el Gobierno toma vayan a funcionar», resumió Christian Buteler, analista del mercado financiero.

Y agregó: «Cuando ves que el mercado no reacciona positivamente a ninguna de las medidas que el Gobierno tomó, es porque perdió la confianza. Y eso es muy complicado, porque no se ve un horizonte, qué podría hacer el Gobierno para detener la expectativa que hay de devaluación futura». 

Se refería a la idea que parece haberse instalado en el mercado de que el dólar, inexorablemente, mañana estará más caro que hoy. Esa «expectativa inflacionaria» al parecer ya está arraigada no sólo en el mercado, sino en toda la sociedad.

De hecho, el dólar no ha hecho otra cosa que subir en los últimos días. Esta semana, el blue subió $17, lo que incluyó el salto de $9 este viernes, que dejó el precio en $167. Mientras tanto, el dólar «ahorro» (ese mismo al que cada vez menos personas pueden acceder) llegó a valer el último día de la semana $136,52 y se acerca rápidamente a los $137. También el dólar MEP y el «contado con liqui» subieron alrededor de un 20%. El dólar oficial mayorista -que se usa para liquidar a los exportadores- se ubicó en $77,16, lo que lleva la brecha entre este dólar y el blue al 116,4%.

En este punto, la lupa del mercado empieza a desplazarse hacia la economía real, porque con los comerciantes tomando al blue como referencia, hay un cambio de estrategias. Algunos empresarios prefieren retener mercadería por temor a no poder retener. Mientras tanto, la demanda en algunos rubros explota, por el mismo motivo: se considera que los precios de hoy no pueden durar. Y ya se empieza a notar faltantes en algunas categorías de productos, desde almacén hasta la construcción.

«La brecha de más del 100% es un verdadero problema, porque en algún momento eso va a comenzar a traer complicaciones a la economía real, no sólo al mercado financiero», advirtió Buteler. Y señaló que «la brecha se sigue ampliando a pesar de que el dólar oficial subió un poquito por encima de la inflación. Pero así y todo, el blue se disparó de esta manera. Eso, claramente, son las expectativas devaluatorias».

El viernes el mercado donde se opera el dólar blue estuvo particularmente enrarecido. «Arrancó en $156 y no paró de subir hasta llegar a los $167, y había precios de referencia pero nadie vendía», dijo un operador del blue en estricto off. «Fue un día muy feo en el mercado, las cuevas no te vendían dólares, sólo te compraban», señaló un analista refiriéndose a las operaciones del dólar blue.

Imparable, el dólar blue tocó los $167, revelando la ineficacia de los últimos anuncios de medidas económicas

Anticipando una semana crucial

Con este marco, son pocos los que se atreven a pronosticar qué podría pasar el martes, cuando los mercados reabran tras el feriado del 12 de octubre y el fin de semana largo.

«Es muy difícil saber qué pasará, porque con el ritmo al que viene subiendo el blue, es casi imposible pronosticar cuándo podría llegar a valer $200. Puede ser la semana que viene o el mes que viene, pero daría la impresión de que eso va a ocurrir en algún momento«, dijo el operador del mercado blue que prefirió mantener sus declaraciones en off.

Mientras tanto, las reservas del Banco Central siguen bajando, no sólo porque la autoridad monetaria sigue vendiendo dólares para abastecer la demanda del mercado, sino porque también se van los depósitos en dólares que hasta ahora estaban en los bancos. Se siguen yendo depósitos a razón de entre 70 y 100 millones de dólares por día. Y cuando esos depósitos salen del sistema, caen también los encajes que los bancos tienen en las reservas, y de esa manera, caen también las reservas.

Así las cosas, la situación para el Gobierno no es sencilla. Enfrenta una crisis de confianza de parte del mercado con un bajo nivel de reservas del Banco Central y una fuerte escasez de dólares, en un país donde el dólar siempre ha sido un bien demandado y, tal vez, el único que mientras más caro está, más pedido es.

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