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Cristina y Alberto siguen discutiendo por el acuerdo con el FMI, pero la crisis no cesa

Luego de que Cristina Kirchner refirmara que no será precandidata a presidenta -ni a senadora- en las próximas elecciones nacionales, el presidente Alberto Fernández, su ex delfín, salió a defenderse de las críticas que la Vicepresidenta le hizo de manera elíptica en la extensa misiva a través de la cual comunicó su decidió.

En ese texto, la Senadora dice sin nombrarlos que Fernández al igual que Mauricio Macri no tienen «aptitudes electorales» debido a los acuerdos que sellaron con el Fondo Monetario Internacional. «La historia que siguió es la misma de siempre con el Fondo en nuestro país: interviene, toma el timón de la economía argentina, impone su programa económico y se dispara otra vez el proceso inflacionario sin control en la Argentina. La casualidad no es una categoría política y, por eso, no es casual que ninguno de los dos presidentes que aceptaron el programa del FMI conserve aptitud electoral», remarcó CFK en escrito de renunciamiento.

En un acto donde fue a inaugurar una exposición en el predio de Tecnópolis, el jefe de Estado, y ex socio de su ahora detractora, expuso argumentos para contrariar los conceptos vertidos por ella, que pese a no jugar electoralmente en modo personal, si lo hará como principal electora. Por eso es que el próximo 25 de Mayo, cuando se recuerde el día de la Revolución y la llegada de Néstor Kirchner al poder en 2003, hablará ante su feligresía en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, palacio gubernamental que la tuvo como inquilina durante ocho años, y cuatro como primera dama.

«Siempre hay que recordar que cuando uno está en default con el Fondo, lo que inmediatamente se genera es la restricción de crédito de todos los organismos eh… Hay que saber que el Banco Mundial no nos presta más plata, que el BID no nos presta más plata, que la CAF no nos presta más plata, y que por ejemplo un swap como el chino se hubiera caído, hay que entender todo esto», dijo Fernández, haciendo una apología de lo que negoció, junto a su ex ministro de Economía, Martín Guzmán, con el organismo multilateral de crédito.

También señaló que «hay que entender todo esto, para entender por qué uno tiene la necesidad de negociar con el Fondo. La discusión es cómo se negocia. Se puede negociar con las reglas ortodoxas que siempre el Fondo propone o se puede negociar como lo hicimos nosotros».

El titular del Ejecutivo remarcó que en línea con su antecesor, «hoy, Sergio (Massa) no está negociando así. Hoy Sergio está negociando con la misma lógica con la que negociamos el primer día». Y se auto elogió al apuntar que: «Se cambiaron las metas de reservas que el programa inicial proponía porque exigimos desde Argentina poner un artículo que específicamente dijera que si por circunstancias ajenas a la política económica argentina, la economía sufriera un traspié, podíamos revisar las metas sin necesidad de pedir un perdón, una disculpa, un waiver, como le llaman algunos».

En un segmento de la nota de la senadora Kirchner, su otrora mentora aseveró que «resulta imprescindible -más que nunca- la construcción de un programa de gobierno que vuelva a enamorar a los argentinos y las argentinas». A esa frase, el jefe de Estado respondió alegando que «en los últimos dos años crecimos 16 puntos, ¿por qué crecimos? porque tenemos una política clara».

«Aunque tengamos que asumir la deuda, discutir con el Fondo, no somos ni complacientes con el Fondo, ni salimos de la irracionalidad de no discutir la deuda y siempre tuvimos un horizonte claro: producción y trabajo», expresó el Presidente, acompañado de uno de los hombres que conforman el desguazado «albertismo», Agustín Rossi, jefe de Gabinete de la Nación.

En otro fragmento de su alocución, Fernández pidió a la ciudadanía que «no se equivoque» a la hora de votar, al advertir que «los que dicen tener el remedio son los que trajeron la enfermedad y los que dicen ser el antisistema son los más que defienden el sistema de injusticia». A la vez, en un mensaje hacia el interior del Frente de Todos, reclamó: «Dejemos de discutir entre nosotros porque el problema no entre nosotros, está con nosotros».

Cuando esbozó más diatribas a los opositores, el mandatario replicó: «Yo me voy con la tranquilidad de que ningún amigo mío hizo negocios, hermano mío se volvió millonario. Me voy con lo mismo que llegué. En circuitos judiciales, cada vez que Alberto Fernández repite esa frase con la que pretende diferenciarse de CFK y Macri, espetan que como le pasó a varios presidentes cuando dejan el sillón de Rivadavia, se terminan los fueros del poder y las denuncias empiezan a aparecer y a demostrar que las predicas se terminan cuando se cruza la salida de Balcarce 50.

Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento de la República Argentina para FM Concierto 105.5

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