Covid-19

Dióxido de cloro: por qué es tan peligroso

No, consumir dióxido de cloro no cura el coronavirus y es peligroso para la salud

Circula en Facebook el video de un supuesto científico alemán que recomienda la ingesta de dióxido de cloro como cura del coronavirus. Este consejo es falso y peligroso para la salud, según dictaminaron varias agencias estatales de salud en todo el mundo.

Quien recomienda esta supuesta solución contra el coronavirus SARS-CoV-2, el que provoca la enfermedad respiratoria COVID-19, convertida en pandemia, es Andreas Kalcker, quien se presenta como “científico, investigador y escritor” que “trabaja como director en un laboratorio de investigación”. Además, asegura ser “licenciado en Economía, Máster en Biofísica y doctor en Biofísica en medicina alternativa”.

El video, transmitido en vivo a través de Facebook Watch, tuvo 31 mil reproducciones, fue compartido 870 veces y consiguió casi 900 reacciones (ver acá). En él se muestra una entrevista realizada a Kalcker en un programa español que se transmite en redes sociales. El supuesto científico también participó de un programa argentino del Canal TLV1, y sus dichos fueron analizados por el sitio Maldita Ciencia.

En el comienzo de la entrevista, Kalcker asegura que existen “muchas incongruencias” en el origen del coronavirus, aunque reconoce: “No soy virólogo ni quiero serlo”. También recomienda que quienes estén afectados por el virus “no tomen ibuprofeno”, puesto que “hay unos indicios que no están del todo corroborados que han visto que en la gente que toma ibuprofeno ha sido contraproducente” y que “la gente joven que se ha muerto se ha visto que en su mayoría tomaba ibuprofeno”. Esta información también es insostenible, porque la OMS señaló que no hay evidencia de que esa droga potencie el coronavirus.

Kalcker asegura que tiene “un enfoque completamente diferente de cómo combatir esta epidemia tan grave” y menciona el uso del dióxido de cloro (CDS). De acuerdo con la explicación del supuesto científico, esta sustancia se prepara mezclando clorito de sodio con un ácido cítrico (limón o vinagre). Esto genera una reacción que provoca un gas amarillento, que luego, según sus consejos, debe mezclarse con agua e ingerirse. Kalcker sostiene en la entrevista que esta preparación, por sus efectos oxidantes, “quema” el virus. Pero señala que, al tratarse de un desinfectante, debe tomarse en dosis pequeñas para que lo ataque, pero no provoque efectos sobre las células más grandes de nuestros cuerpo.

Esta afirmación es falsa. En primer lugar, no está demostrado que la preparación combata el coronavirus: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque “hasta ahora ningún medicamento ha demostrado prevenir o curar esta enfermedad” (ver acá). Por otro lado, la ingesta del preparado es riesgosa para la salud. Así lo explicó a Chequeado el Luis Baraldo, doctor en Ciencias Químicas y vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA): “El dióxido de cloro es un oxidante enérgico y poco selectivo. Sirve para atacar al virus en una superficie inerte como una mesada o una pileta, pero en nuestro cuerpo es reactivo frente a las moléculas que constituyen el organismo”, explicó.

En ese sentido, Baraldo afirmó que “no es para nada recomendable ingerirlo porque el dióxido de cloro no va a distinguir entre el virus y nuestros tejidos” sino que “va a reaccionar sin distinguir con muchas moléculas, algunas del virus, otras de nuestras vías respiratorias”.

Una sustancia prohibida en la Argentina y el mundo

El dióxido de cloro es un derivado del clorito de sodio, una sustancia química que se utiliza como blanqueante en la industria papelera y textil. Jim Humble, un controvertido divulgador estadounidense, lo presenta y comercializa desde hace varias décadas como una “solución mineral milagrosa” (MMS, según sus siglas en inglés), con la que promete la cura de enfermedades tan diversas como cáncer, HIV, malaria, esclerosis y artrosis, entre otras.

Sin embargo, el uso, comercialización y distribución de este producto está prohibido en la Argentina por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT, ver acá y acá), que consideró que por sus aplicaciones “debe ser considerado un medicamento y no ha sido evaluado ni aprobado” como tal. El organismo regulador destacó además que “el consumo directo de clorito de sodio, en solución acuosa, puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones”.

Por su parte, la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) de los Estados Unidos también advirtió sobre los peligros para la salud de la ingesta del dióxido de cloro. En igual sentido, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios desaconseja su uso, puesto que “cuando se consume siguiendo las instrucciones dadas, produce efectos adversos que pueden ser graves”.

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