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El Banco Central debió vender 135 millones de dólares para frenar el valor de la moneda estadounidense

El Banco Central de la República Argentina tuvo que desprenderse en las últimas horas de unos USD 135 millones de sus escasas exiguas reservas para abastecer la demanda de divisas y evitar otra alza del dólar oficial. Algo que ocurre en momentos en que se acentúan las dudas sobre el futuro económico del país.

En este mes noviembre que termina, la entidad monetaria vendió unos USD 890 millones, mientras sus reservas totales andan por los USD 42.000 millones. Pese a esta información oficial, hay analistas privados que aseguran que el nivel del billetes verdes en el BCRA solo llegan a unos 1.000 millones de dólares.

Hay preocupación por caída en la cantidad de moneda estadounidense, a la espera de una mayor oferta (proyectada) de divisas desde el sector agroindustrial durante diciembre, algo que se da cotidianamente monitoreado por los operadores a modo de antesala frente a nuevas definiciones, ya que dicha dinámica no resulta sustentable, aseguran algunos economistas

El mercado aguarda la presentación del plan económico plurianual anunciado por Alberto Fernández, con lineamientos que permitan alcanzar el ansiado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para reestructurar deuda por casi USD 45.000.

Con las actuales reservas “no tenemos las espaldas suficientes para hacer frente a nuestros compromisos del primer trimestre -de 2022-, ni siquiera para cubrir un mes de importaciones”, aseguró el ex titular de la principal entidad bancaria local, Martín Redrado.

El dólar experimentó alzas en todas las franjas del mercado. El dólar libre subió 50 centavos, para interrumpir una racha de tres sesiones estables, a $201,50 para la venta. La divisa “blue” anotó un alza de cuatro pesos o 2% en noviembre. La brecha con el tipo de cambio oficial, que ganó apenas dos centavo, a $100,96 en el mercado mayorista, quedó en el 99,6 por ciento. El dólar mayorista acumuló una suba del 1,2% en el último mes, para llevar el acumulado del año a 20% de aumento.

En la presente rueda, el “contado con liqui” y el MEP ganaron entre dos y tres pesos, a $214,18 y $200,89, respectivamente. En noviembre, los dólares bursátiles treparon 19,4% y 12,1%, respectivamente, tendencia que tuvo que ver con que el BCRA dejó de intervenir en el mercado de bonos a partir del 15 de noviembre, tras las legislativas.

”En diciembre las autoridades económicas estiman que el inicio de la colocación de la cosecha fina podría arrimar ingresos por unos 3.500 millones de dólares”, aseguró Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio. Los mercados globales siguen atentos a las consecuencias que podría acarrear sobre la economía mundial la variante Ómicron del Covid-19. Mientras que Wall Street negoció con amplias bajas, los ADR y acciones de empresas argentinas operaron con números mixtos. Destacó otro vez el desplome de Despegar: los títulos de la agencia de turismo online perdieron un 9% en dólares por tercera rueda consecutiva.

Impactó en los títulos de despegar una resolución del BCRA, que a través de la comunicación “A7407″, prohibió a partir a las entidades financieras y no financieras, a emisoras de tarjetas de crédito, la venta en cuotas de pasajes y otros servicios turísticos en el exterior, como alojamiento en hoteles o alquiler de autos.

El índice accionario líder S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires mostró una recuperación de precios hacia el final de los negocios y mejoró un 0,3%, a 79.315 unidades como cierre provisorio, con lo que recortó a un 5,1% la caída en pesos durante noviembre, aunque medida en dólares “contado con liqui” la baja del mes fue de 8,5 por ciento.

Los bonos Globales restaban este martes un 1% en su promedio en dólares al cierre de los negocios en la Bolsa local, mientras que el riesgo país de JP Morgan subía 20 enteros para la Argentina, a 1.898 puntos básicos a las 17 horas. Al mediodía el riesgo país tocó los 1.906 puntos, la anotación más alta desde el canje de deuda de septiembre del año pasado. Pasadas las 18 horas, con el mercado ya cerrado, tocó los 1.910 puntos.

Los bonos negociados en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) perdieron un 0,2% en su promedio en pesos, ante el marcado desinterés inversor, con lo que acumularon en noviembre una caída del 3,6% en pesos.

”La nueva variante de coronavirus, Ómicron, representa riesgos para el crecimiento económico global y la perspectiva de inflación, debido a que se acumulan preocupaciones en torno a los riesgos de salud por esta variante y a que varios países han establecido restricciones de viaje en los últimos días”, refirió Moody’s en un informe.

En ese marco, impactó a las bolsas globales que el presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Jerome Powell, afirmara este que la palabra “transitoria” ya no es el término más exacto para describir la naturaleza de la elevada tasa de inflación en la economía, la más alta en más de tres décadas.

“Probablemente sea un buen momento para retirar esa palabra”, aseveró Powell, en respuesta a una pregunta sobre el uso persistente de la referencia para explicar por cuánto tiempo se espera que persista la acelerada inflación, en un testimonio ante la Comisión de Banca del Senado.

Inmediatamente después de la exposición del presidente de la FED, los mercados reaccionaron de forma negativa. El índice Dow Jones de Industriales de Wall Street recortó 600 puntos, y pasó a perder un 2 por ciento. El precio del petróleo se desplomó un 5% en Nueva York, a USD 66 el barril.

Powell advirtió que la variante Ómicron del Coronavirus entraña nuevos riesgos para las perspectivas económicas del país norteamericano, para el mercado de trabajo y para la senda de inflación durante los próximos meses. “El reciente incremento en los casos y el surgimiento de la nueva variante plantea riesgos a la baja para el empleo y la actividad económica y eleva la incertidumbre por la inflación”, subrayó Powell en el discurso inicial que pronunció durante su comparecencia ante la Comisión de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Congreso.

El banquero del central alertó acerca de las mayores preocupaciones que por el virus podrían reducir la predisposición de los ciudadanos a trabajar en persona, lo que ralentizaría la recuperación del mercado laboral e “intensificaría” los problemas todavía persistentes de la cadena de suministros.

Pese a todo, Powell indicó que las estimaciones de la Federal Reseve todavía apuntan a que la inflación “bajará significativamente” durante el próximo año según se vayan resolviendo los desequilibrios de oferta y demanda. No obstante, y aunque ha indicado que es “difícil” predecir los problemas de suministro, ha señalado también que “parece que los factores que empujan al alza la inflación durarán hasta bien entrado el próximo año”.

“Entendemos que la inflación elevada impone cargas significativas, especialmente para aquellos menos capaces de cumplir con los mayores costos de bienes esenciales como alimentos, vivienda o transporte. Estamos comprometidos con nuestro objetivo de estabilidad de precios. Usaremos nuestras herramientas para apoyar la economía y un sólido mercado laboral, así como para prevenir que se afiance una inflación elevada”, señaló el presidente del organismo.

Cabe recordar que la tasa interanual de inflación en Estados Unidos se disparó en octubre hasta el 6,2% -ocho décimas por encima de la de septiembre- lo que supone el registro más alto de los precios de consumo en este país desde 1990, informó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales.

Los precios de consumo subieron 0,9% desde septiembre, según esta estadística, más del doble que en el balance del mes anterior. El salto estuvo impulsado principalmente por los aumentos en el combustible, alimentos y automóviles. La inflación en los EE.UU se está acelerando de nuevo a medida que se desvanece el lastre económico de la oleada veraniega de infecciones virales, impulsada por la variante Delta, y persisten los cuellos de botella en la oferta.

Los miles de millones de dólares de ayuda por la pandemia de los gobiernos de todo el mundo alimentaron la demanda de bienes, dejando las cadenas de suministro sobrecargadas. La pandemia, que ha durado casi dos años, trastocó los mercados laborales, provocando una escasez mundial de trabajadores necesarios para producir materias primas y trasladar los bienes desde las fábricas a los consumidores. En principio, la Reserva Federal reafirmó su creencia de que la inflación sería “transitoria”, concepto que decidió modificar ante la persistencia del alza de los precios.

Juan Pablo Peralta, periodista acreditado en Casa Rosada y el Parlamento nacional argentino para FM Concierto 105.5

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