Seguridad

En Tucumán, la inseguridad crece a cada momento.

Los números de seguridad del primer semestre encendieron las alarmas

Al iniciar julio, es tiempo de reflexionar sobre los eventos policiales que marcaron la primera mitad del año y las estadísticas resultantes, las cuales proveen una guía para entender lo que puede ocurrir en lo que queda de 2023. En el ámbito de la seguridad, hay mucho por hacer.

Los datos sobre crímenes contra la propiedad se basan en las denuncias presentadas por los habitantes de Tucumán que han sufrido estos ataques. Sin embargo, existe un número no registrado, es decir, los casos que no se reportan. Por lo tanto, es esencial informar a la policía sobre cualquier robo o hurto sufrido, por tedioso que sea el proceso. Durante la primera mitad del año, se registraron 17.206 delitos de esta naturaleza en nuestra provincia, lo que representa un aumento del 9% en comparación con el año pasado, que tuvo 15.844 casos.

Estos datos indican que se denunciaron un promedio de 95 robos por día en la provincia, casi cuatro por hora, o uno cada 15 minutos. Comparativamente, estos números son similares a otras provincias con poblaciones similares, sin embargo, la tasa de crecimiento es preocupante, ya que es al menos el doble de lo que se registra normalmente.

Tucumán se divide en cinco unidades para facilitar la cobertura policial. Cuatro de estas unidades experimentaron aumentos en las denuncias de robos: la Unidad Regional Capital con 14,5%, seguida de la Unidad Regional Oeste con 10,4%, la Unidad Regional Este con 7,53% y la Unidad Regional Sur con 4,9%. Solo la Unidad Regional Norte registró una disminución del 6,5%.

A pesar de tener la mayor cantidad de recursos, la capital albergó la mayoría de los delitos. Lo que sí es sorprendente es el hecho de que haya experimentado el mayor incremento.
 La Unidad Regional Norte comprende tres municipios clave con alta actividad económica y frecuentes conflictos. Sin embargo, lograron reducir los índices de delitos debido a la constante labor de prevención, incluyendo la colaboración con las guardias urbanas.

En términos de homicidios, se registraron 50 casos en el primer semestre de este año, un incremento de casi el 40% en comparación con los 38 del año anterior. Es la primera vez en cinco años que no se observa una disminución en este tipo de delitos. Lo más alarmante es que el 27% de estos homicidios ocurrieron durante un robo, una situación que no se veía desde hace dos años. Estas cifras alertan a los funcionarios, ya que son los crímenes que causan mayor impacto en la sociedad.

Es importante señalar la presencia de problemas relacionados con el consumo de drogas y alcohol en la sociedad, evidenciado en un incidente en Villa 9 de Julio. Es evidente que no basta con la acción penal y se necesita la intervención de funcionarios de Salud, Desarrollo Social y Deportes.

Finalmente, la implementación de la ley de Narcomenudeo ha presentado nuevos desafíos. Actualmente, con el 23%, la violencia relacionada con las drogas es la segunda causa más común de crímenes, junto con la violencia intra-vecinal, un problema persistente en Tucumán.

Las estadísticas del primer semestre han revelado diversas situaciones alarmantes. La más significativa es la aparente falta de prioridad que el gobernador Juan Manzur da a la seguridad, que parece haber generado una cierta complacencia dentro de la policía.
 
El gobernador electo, Osvaldo Jaldo, instó a la policía a intensificar sus esfuerzos durante su primera reunión con el alto mando de la fuerza. A pesar de las sonrisas para las cámaras, hubo más incertidumbre que seguridad detrás de las puertas cerradas. Jaldo, quien hizo de la lucha contra la inseguridad su principal plataforma de campaña, ya estaba consciente de las malas estadísticas y les solicitó gentilmente que ajustaran su enfoque.

Estos eventos han alimentado una serie de rumores y especulaciones recientes. Hay informes de retiros y reasignaciones entre los rangos superiores que no cumplen con las expectativas o que se han visto implicados en problemas como los relacionados con la recarga de combustible. Un miembro de alto rango de la policía enfatizó que «si hay más robos y homicidios, es debido a un solo factor: estamos fallando en la prevención. No hay otra explicación».

Cuando Jaldo asuma su cargo, deberá enfrentar varios desafíos. Por ejemplo, tendrá que averiguar por qué el servicio 911 solo tiene 17 vehículos en funcionamiento, cuando en realidad debería tener 44 para proporcionar el servicio necesario.
Tendrá que entender por qué una ciudad como Bella Vista tiene más recursos que la seccional 15ª, que debe atender a toda la región de Manantial Sur y áreas circundantes, una zona conocida por su alta tasa de delitos.
También deberán explicarle por qué una brigada del interior apenas puede realizar su trabajo con menos de 20 oficiales, mientras que el departamento científico tiene al menos 30, a pesar de que la mayoría de las intervenciones en las escenas de los crímenes son realizadas por el Equipo Científico de Investigación Fiscal.
Sin embargo, Jaldo aún tiene tiempo antes de ocupar oficialmente su puesto, y no sería sorprendente que durante este periodo de transición comience a implementar cambios para mejorar la situación.
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