Exclusivo de FM Concierto 105.5: Casa Rosada desde adentro
Desde el entorno presidencial el viaje a México tuvo la intención de mostrar a un Alberto Fernández activo en materia de visitas internacionales, provinciales y distritos municipales bonaerenses, donde además se juega la presidencia del Partido Justicialista del aliado Máximo Kirchner. Sin embargo, el encuentro con Andrés Manuel López Obrador quedó registrado, más que como la salida de un mandatario activo en busca de inversiones y apoyos para negociar con el FMI, en un intento por justificar el escándalo de las vacunaciones clandestinas que se definían desde el propio Ministerio de Salud y Casa Rosada.
El discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Parlamento tuvo tres objetivos claros para los Fernández, apuntar al Poder Judicial, a la oposición del dividido Cambiemos, y a los medios críticos. Cristina Kirchner siguió la línea en su declaración frente a la Justicia Federal por la causa “Dólar Futuro”.
Los voceros de los voceros gubernamentales trabajan denodadamente en destacar la llegada de vacunas que no cubren las dosis prometidas y la demanda de gobernadores e intendentes de todo el país. El propio jefe de Estado participó de un acto donde se esforzó en mostrar que ya se inoculó a más de un millón de personas, y justificó la escases de vacunas porque los laboratorios no están cumpliendo con los contratos.
En su raid por Río Negro para publicitar la producción de radares locales y Santiago del Estero con el fin de inaugurar un lujoso estadio de fútbol en una de las provincias más pobres de la Argentina, Alberto Fernández dio discursos defendiéndose y devolviendo las diatribas a su gestión, eso sí, no por eso deja de llamar a una unidad en la que él mismo parece no creer.
Mientras cerraba la primera reunión del Consejo Económico y Social en Costa Salguero, al mandatario se le habría otro foco de incendio en la provincia de uno de sus principales aliados, Gildo Insfrán. Quien no vaciló en reprimir a sus gobernados cuando salieron a las calles a repudiar el feudalismo pandémico. La discusión en el Frente de Todos para tomar posición al respecto fue intensa, hasta que se decidió buscar un punto intermedio, cuestionar el accionar policial en Formosa pero victimizando al eterno gobernador por supuestos ataques de la prensa mediante una “campaña de desprestigio” que hizo efecto en los manifestantes, quienes resisten todavía volver a Fase I.
En los pasillos y patios de Balcarce 50 se replicaron las críticas hacia los periodistas, editores y más actores mediáticos, hasta llegar al punto de intentar quitar acreditaciones a quienes desarrollan su tarea en Casa de Gobierno hace décadas. Una caza de brujas que todavía no se detiene, sino que se potencia con cada problema que enfrenta la administración central. Así y todo se repitió la paradoja de ver a los trabajadores de prensa como infiltrados en el lugar que es el centro del poder en la Argentina, pero también como potenciales brazos comunicacionales para promover las operaciones que derivan de las internas en la propia coalición gobernante.
Los voceros de los voceros del “albertismo” promueven intensamente a estas horas, la versión de una Marcela Losardo con un pie afuera del ministerio de Justicia. Un déjà vu de lo que ocurrió con Ginés González García, quien sin embargo intentó resistir la estocada conjunta de los Fernández, que desde hace tiempo, después de sucesivos yerros, preferían a Carla Vizzotti al frente de la cartera de salud.
En el caso de la socia de Alberto Fernández en el estudio de abogados que comparten hace años, pareciera no haber tanta voluntad de quedarse y estirar un final que tiene como eje la decisión del presidente y su vice de crear una bicameral que controle a la Justicia.
El famoso “funcionarios que no funcionan” que usaba Bernardo Neustadt cuando desde Tiempo Nuevo pretendía vetar a algún ministro o Secretario de Estado, hace rato que ya no es sólo una cita de Cristina Kirchner, sino también de quién eligió como compañero de fórmula para ganar estratégicamente en el 2019, y que a pesar de apoyar públicamente a los que aceptaron cargos que él mismo ofreció, no deja de quejarse en Olivos por la falta de ejecutividad de muchos de sus, hasta hace un tiempo, protegidos. El año electoral se impone y en las semanas venideras los reperfilamientos dentro del Frente de Todos van a continuar dando de qué hablar.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada para FM Concierto 105.5