Casa Rosada

Fernández abrió sesiones ordinarias del Congreso pidiendo investigar endeudamiento y con críticas al Poder Judicial y los medios

Es la segunda vez que el presidente argentino, Alberto Fernández, abre el período de sesiones ordinarias en el Parlamento nacional junto a su vice, Cristina Kirchner y el titular de la Cámara baja, Sergio Massa. Ha pasado más de un año de su asunción, y la situación dista mucho de aquel momento donde no se había presentado la pandemia del Covid-19 y una extensa cuarentena que agravó todos los números de la economía e inflación, incluyendo los índices de pobreza e indigencia.

En su discurso, quizás uno de los más extensos que se ha dado en este tipo de acto institucional, aproximadamente una 1:50, el mandatario rioplatense tocó todos los temas que hicieron y hacen a lo acontecido durante estos 14 meses de gestión, donde ocurrieron demasiadas cosas para una administración que está al frente del Estado. En primer lugar hizo un repaso sobre las medidas tomadas para intentar apaciguar los efectos de una actividad comercial y financiera que quedó estancada. Se refirió a los fondos de asistencia al trabajado y la producción, con el cual el erario público se hizo cargo del pago de una parte del salario de los trabajadores, algo que muchos empresarios afirmaron que no alcanzó para todos, al igual que el Ingreso Familiar de Emergencia. Una ayuda a un porcentaje de la población, que según datos oficiales, rondó las 6 millones de personas, pero que se otorgó irregularmente en tres oportunidades y ya cesó el titular de la cartera económica,. Martín Guzmán.

Frente a un recinto con pocos representantes de las diferentes fuerzas de manera presencial, por cuestiones de protocolo sanitario, pero sumando al resto de participantes vía digital, Fernández destacó el trabajo que su gobierno llevó adelante para enfrentar al Coronavirus. En ese contexto dio detalles de lo realizado junto a los 24 gobernadores en materia de infraestructura, y haciendo alusión al plan de vacunación  que se lleva adelante, en particular con la Sputnik V, que a través de un acuerdo con la Federación Rusa, es la que permitió inocular a un millón de personas, en primer medida a trabajadores de la salud y hasta ahora a los mayores de 70 años. Para muchos una perfomance muy baja, luego de las promesas del propio titular del Ejecutivo que había garantizado que se iban a recibir 10 millones de dosis entre enero y febrero.

Con respecto al vacunatorio vip, que terminó con la salida de Ginés González García y generó la peor crisis durante todas su administración, que a pesar de haber sufrido numerosas marchas en contra en todo el 2020, derivó en otra importantes características después de que se supiera que personas cercanas al Poder saltearon se vacunaron clandestinamente, el presidente rioplatense manifestó «en ese Plan hay prioridades muy claras. Las reglas se deben cumplir. Si se cometen errores, la voluntad de este Presidente es reconocerlos y corregirlos de inmediato. Cuando se dijo que aquellas reglas habían sido transgredidas, me he encargado de recabar la información pertinente. Aún cuando en lo personal me causaran mucho dolor, tomé las decisiones que correspondían. Ningún gobierno de la tierra se puede arrogar el privilegio de no cometer errores, pero todo gobierno sensible sí tiene la obligación de corregir esos errores para desterrar cualquier indicio de privilegio o falta de solidaridad», y agregó «sobre esto deseo ser claro: no llegué a la Presidencia para ser sordo a las críticas bien intencionadas. Como tampoco llegué a la Presidencia para dejarme aturdir por críticas maliciosas que responden a intereses inconfesables de poderes económicos concentrados, que en ocasiones buscan sembrar la fractura, la polarización y discordia entre el Pueblo Argentino, profundizando las heridas que como sociedad cargamos».

En referencia a las críticas de la oposición política, el jefe de la Casa Rosada expresó «los acuerdos exigen respetarnos. La pirotecnia verbal solo nos aturde y nos confunde. A lo largo de este año algunos sectores se han esforzado por generar incertidumbre y desánimo lanzando petardos cargados de falacias». En ese marco, Fernández no dejó pasar los reproches a la gestión de Cambiemos con Mauricio Macri a la cabeza, «ya en 2018 la Argentina fue sumergida en una nueva y profunda crisis en la balanza de pagos, en una grave recesión, en una caída de los niveles de actividad y de los ingresos reales y en un aumento notorio del desempleo, la pobreza y la indigencia. Como si esto fuera poco, cuando el país perdió el acceso al financiamiento internacional, el gobierno anterior solicitó el préstamo más grande de la historia del Fondo Monetario Internacional. Los U$S 44.000 millones de dólares recibidos por Argentina se esfumaron antes que asumamos nuestras funciones en diciembre de 2019», y con respecto a los empréstitos tomados vía el FMI anunció que «para que pongamos fin a las aventuras de hipotecar al país, es necesario que endeudarse no sea gratis y que los responsables rindan cuentas de sus actos y dejen de circular impunes dando clases de economía en el país y en el mundo. Por eso, he instruido a las autoridades pertinentes para que formalmente inicien querella criminal tendiente a determinar quienes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que nuestra memoria registra».

Fernández destacó que «nuestras negociaciones con el Fondo Monetario Internacional seguirán adelante, en un marco de respeto y tratando de arribar a buen puerto. El diálogo ha sido hasta aquí muy constructivo. Hemos recibido muestras de apoyo tanto de la comunidad internacional como de los miembros del G-20».

Después de pasar revista a proyectos de obra pública y diversos acuerdos que intentaran frenar la caída de la productividad, el empleo y otros ítems de esquema micro y macroeconómico, el máximo funcionario de la Argentina remarcó que «hemos iniciado una mesa de concertación de precios y salarios junto al sector empresario y sindical. El diálogo va a contribuir en el proceso de desinflación» y sumó que «planteamos un debate abierto donde cada sector esté dispuesto a contribuir en beneficio del conjunto. Porque nadie se salva solo. Y porque en este contexto, es central coordinar esfuerzos para que el salario le gane a la inflación. Estamos proponiendo un abordaje integral para resolver el problema. Ello incluye el programa macroeconómico plasmado en el Presupuesto 2021, la coordinación de precios y salarios y los programas específicos como Precios Cuidados.  Creemos en el diálogo, pero quiero dejar en claro que el diálogo de ninguna manera significa que el Estado resigne sus potestades legales, menos cuando hablamos nada más y nada menos que de cuidar el alimento y el desarrollo de nuestro pueblo».

Con gran optimismo Alberto Fernández detalló que «nuestro sector industrial viene teniendo una recuperación notable. El último diciembre de 2020 estaba un 4,5 % por encima del mismo mes de 2019. La construcción creció en el mismo período el 6,3 % y el comercio 10,7 %. En enero de 2021 se consolidó esa tendencia. Esto impacta en el empleo formal. La industria ya recuperó todos los empleos perdidos por la pandemia y ya estamos por encima de diciembre de 2019. Por eso, la recaudación tributaria nacional comenzó a mejorar en términos reales significativamente en los últimos 5 meses».

Pese a los últimos incrementos de los combustibles aprobados por la administración el mandatario dijo «Las tarifas deben ser justas, razonables y asequibles, permitir la sustentabilidad productiva y la justicia distributiva. La pesadilla de tener que decidir entre alimentarse o pagar los servicios públicos, la incertidumbre permanente de no saber cuánto “iba a venir de luz y gas” ha llegado a su fin».

Hubo un capítulo dedicado a la recuperación de derechos donde el presidente resaltó la aprobación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo y sumó «la Argentina logró el primer puesto en el ranking mundial de la ONU de países con políticas de género en el contexto de la pandemia COVID-19. Quiero detenerme un momento en la cuestión de la violencia de género, un delito intolerable que afecta a las mujeres y las diversidades. Quiero proponerles que convirtamos a la lucha contra la violencia de género en una política de Estado y una política de la sociedad. Lo hicimos con “Memoria, verdad y justicia”. Ahora vamos a hacerlo también con la intolerancia a estas violencias. Por eso, decidimos acciones muy concretas dentro del Plan contra las Violencias por motivos de Género 2020-2022: Pusimos en marcha el Programa AcompañAR para la asistencia integral a mujeres en riesgo por situaciones de violencias de género».

El segmento más duro de lo manifestado por el presidente Fernández en el Congreso estuvo dedicado al Poder Judicial, en esa línea aseguró «quisiera que en mis críticas al sistema judicial nadie vea rencor ni voluntad de favorecer a alguien. Hablo como lo que soy. Un hombre que se ha criado en el mundo del derecho, que enseña a respetar la institucionalidad de la República y la vigencia de los valores democráticos. Yo anuncié mi convicción de la necesidad de cambiar el funcionamiento del sistema judicial el mismo día en que asumí mi cargo. Empecé mi presidencia interviniendo la Agencia Federal de Inteligencia y prohibiendo que cualquier agente del organismo se vincule a cuestiones de seguridad interna o estrictamente judiciales. Esperaba que con eso se iniciara un derrotero que echara luz en los sótanos de la democracia de los que entonces hablé. Pero lamentablemente no fue así», y señaló  «el Poder Judicial de la Nación está en crisis. Es el único poder que parece vivir en las márgenes del sistema republicano. Sus miembros (jueces, fiscales, defensores y demás funcionarios) disfrutan de privilegios de los que no gozan ningún miembro de la sociedad. Ningún magistrado ni funcionario judicial paga hoy el impuesto a las ganancias que si tributan millones de trabajadores y funcionarios del sector público y privado. En el caso de los miembros de la Corte Suprema, acceder a la declaración jurada de sus bienes es virtualmente imposible. La relación corporativa que los vincula, ha permitido que muchos de ellos permanezcan en sus cargos más allá del tope de edad que la Constitución impone. Admito que lo dicho me genera un espontáneo malestar. Pero se vuelve casi un tema secundario ante el tenor de los hechos llamativos que día a día asoman en el mundo judicial y que de modo muy cuidadoso los grandes medios de comunicación ocultan. En la Argentina de hoy, hay un fiscal procesado por delitos tan severos como el espionaje ilegal de ciudadanos o el de extorsión que sigue en funciones.

Fernández siguió cuestionando el accionar de la Justicia en casos particulares expresando que «como si nada de esto lo afectara. A él no se le aplica aquella doctrina que recomendaba la detención preventiva de personas cuando su “poder residual” pudiera afectar la investigación. Es cierto. Su poder no es residual. Está vigente. También observamos como sale a la luz un perverso sistema en el que se entremezclan jueces, fiscales, pretensos espías y reconocidos periodistas para hacer un seguimiento ilegal de personas detenidas y para montar extorsiones judiciales. Todo se sabe y todo sigue transcurriendo como si nada pasara.  Algún miembro de este Congreso Nacional detectó la visita de jueces de la casación al entonces Presidente Macri, justamente días antes de dictar sentencias contra sus opositores políticos y solo una voz aislada de ese tribunal se alzó reclamando explicaciones. El resto lo amparó bajo el manto del silencio. En este año también hubo decisiones judiciales llamativas. Como un per saltum que le asignó extrema gravedad al traslado de dos jueces ignotos.  Todas estas dudas, que se mezclan con otras en las que se confunden arrepentidos bien pagos con fiscales y jueces que los avalaron, me obligan a reflexionar sin tapujos sobre el modo como hoy está funcionando la institución judicial en el marco de nuestro Estado de Derecho.

«Viendo todo esto, y con el solo propósito de mejorar la calidad institucional de la República, quiero pedirle al Congreso con muchísimo respeto que asuma su rol de control cruzado sobre el Poder Judicial. Así lo prevé nuestra Constitución Nacional. Institucionalmente, alguien debe ocuparse de ver lo que ha ocurrido y ver lo que está ocurriendo en la administración de justicia de nuestra república. No para interferir en sus decisiones, si no para que sirva cumpliendo el rol que el Estado de Derecho le ha asignado. Hace años, mucho antes de ser Presidente, que vengo advirtiendo estos desvíos en la Justicia que no acaban en los hechos de mayor trascendencia pública. Se extienden a amparos que duran años antes de ser resueltos. En concursos comerciales que demoran décadas. En eternos reclamos laborales o previsionales. En detenciones preventivas innecesarias y en excarcelaciones improcedentes. En femicidios que se consuman sin que muchos jueces y fiscales hagan lo necesario para impedirlos.  Vivimos tiempos de judicialización de la política y politización de la justicia, que terminan dañando a la democracia y a la confianza ciudadana porque todo se trastoca. Asistimos a condenas mediáticas instantáneas y sin posibilidades serias de revisión. Sufrimos la discrecionalidad de los jueces expresada en demoras inadmisibles de procesos judiciales que afianzan el clima de impunidad», apuntó el jefe del Ejecutivo.

Fernández dio a conocer que «quiero expresarles hoy que en el curso de este año legislativo propondré algunos proyectos que emanan de se magnífico aporte. El primero de ellos tiene que ver con el funcionamiento del recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia da la Nación. Propondremos reformas a efectos de establecer la exacta competencia del máximo tribunal consistente en la revisión de la constitucionalidad de las normas aplicadas en sentencias. Propiciaremos también que las cuestiones vinculadas a lo que jurisprudencialmente se ha denominado “arbitrariedad” sean exactamente definidas para acabar con la discrecionalidad que hoy se observa. Con el mismo fin, elevaremos un proyecto de ley que reglamente adecuadamente el artículo 280 del Código de Procedimientos Civil y Comercial. En segundo término, enviaré a este Honorable cuerpo legislativo un proyecto de ley que reformule el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, como órgano constitucional que debe optimizar todo el proceso de selección y capacitación de los jueces en la Argentina. Este es un reclamo que la Corte Suprema de Justicia viene sosteniendo hace años. Debemos despolitizar ese ámbito, para que los mejores y más capaces magistrados, lleguen a ocupar sus funciones sin condicionamientos, sin favores a devolver y sin la contaminación con los poderes corporativos o políticos. Quiero anunciarles también que consultaré con los señores gobernadores de nuestras queridas provincias, en aplicación del artículo 125 de la Constitución Nacional, nuestra idea de promover la creación de un Tribunal Federal de Garantías que tendrá competencia exclusivamente en cuestiones de arbitrariedad y al que se podrá llegar por vía del recurso extraordinario. De ese modo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación podría circunscribir su competencia a aquella temática que la Constitución Nacional expresamente le ha dado».

«Finalmente, propiciaremos el establecimiento del juicio por jurados para la sanción de aquellos delitos graves que se cometan en el ámbito federal. Estaremos cumpliendo así con una cláusula de la Constitución Nacional de 1853 que nunca se hizo operativa a nivel federal», señaló el primer magistrado de la Nación.

Llegando al final de su exposición Fernández manifestó : «vengo a proponerles que construyamos juntos un nuevo acuerdo para que la Argentina no recaiga más en un estado ausente. Aquello que las argentinas y los argentinos esperamos, un país justo, que crezca y distribuya la riqueza, donde haya trabajo y lugar para todas y todos, es posible. No sólo es posible. Vamos a construirlo. Una economía inclusiva, productivamente dinámica, macroeconómicamente estable, federal y soberana. Por eso convocamos a empresarios, empresarias, trabajadores y trabajadoras, universidades, sociedad civil, y científicos, para integrar el Consejo Económico y Social que lanzamos recientemente con sentido plural. Se trata de un paso histórico, largamente reclamado por todos los sectores. Será el ámbito para desplegar toda la energía creativa de la sociedad pensando en construir un futuro que comienza hoy mismo. Se trabajará en 25 metas de transformación en áreas tan importantes como la productividad con cohesión social, la comunidad del cuidado, la ecología integral, la educación y los trabajos del futuro y la innovación democrática. Convocamos a todos los actores del país a consolidar rumbos previsibles de mediano y largo plazo».

En el cierre, el presidente de la Argentina destacó la figura de Jorge Bergoglio, «Mi querido Papa Francisco siempre nos ha convocado a hacerlo. Es ahora o nunca. La Argentina tiene un horizonte. Trabajamos en la reconstrucción que podrá sentirse plenamente cuando hayamos controlado la pandemia. Nos permitirá generar empleo, incrementar paulatinamente el salario real, aumentar la producción, el crédito, las exportaciones. Y también nos permitirá recuperar y mejorar todas las dimensiones de nuestra vida social. Quiero reiterar mi agradecimiento a la sociedad argentina por habernos acompañado activa y solidariamente en uno de los años más difíciles de nuestra historia. Nadie se salva solo. En la unidad y la solidaridad están las claves para construir una Argentina que despliegue todo su potencial económico, social, ambiental, científico y cultural. Quiero ser recordado como un argentino que un día fue elegido como Presidente y fue capaz de servir a su Pueblo sembrando la mejor de las semillas que un ser humano puede sembrar: la unidad de su Patria más allá de las diferencias, la unión nacional más allá de la pluralidad de miradas, la concordia del país más allá de las razonables críticas. Que esa semilla crezca y germine es una tarea de todas y todos. De este tiempo de pandemia podemos hacer renacer un tiempo de esperanza fértil para una Argentina mejor. Unidas y unidos vamos a seguir recorriendo ese camino».

Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada para la FM Concierto 105.5

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