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Fin de mes sangriento en Tucumán: cinco muertes en una semana de extrema violencia

Una serie de hechos extremadamente violentos conmocionaron a los tucumanos. Agentes de la Policía tucumana también fueron protagonistas.

Agosto se fue y en Tucumán dejó una estela de sangre y violencia extrema. Cinco muertes y tres hechos sangrientos, con policías de la Provincia como protagonistas, marcaron la última semana del octavo mes del año.

El caso de Luján Nieva es el hecho más conmocionante de la lista. La niña de 11 años denunciada como desaparecida el domingo 25 de agosto, cuyos restos óseos fueron hallados calcinados al día siguiente en el domicilio de un familiar político. El hombre fue detenido preventivamente por cuatro meses e imputado -por ahora- por el delito de homicidio simple.

Las primeras hipótesis apuntan a que la menor fue ultimada de fuerte un golpe en la cabeza. Acto seguido, el acusado la habría descuartizado y quemado sus partes, ocultando restos de vísceras en macetas. También fueron hallados trozos de ropa y de tejidos blandos.

Días después del dramático hallazgo, se registró una segunda muerte en circunstancias violentas. Un policía ultimó a un presunto ladrón que, junto a otro cómplice, habrían estado cometiendo delitos durante toda la noche. Hasta ese día, la víctima no había sido identificada. El integrante de la fuerza provincial de seguridad escuchó ruidos dentro de su propiedad y realizó tres disparos. Al menos uno de ellos impactó en uno de los delincuentes, que perdió la vida en el lugar, mientras que el otro se dio a la fuga. La Fiscalía no dispuso una orden de aprehensión en contra del uniformado.

Una tercera ocurrió durante la madrugada del jueves: un hombre de 68 años hallado completamente incinerado dentro de su vehículo y en medio de un cañaveral en una finca de Burruyacú. El fallecido fue identificado como Juan Alberto Tajal. Si bien en un primer momento se sospechó un hecho de inseguridad, la versión más fuerte apunta a que el hombre sufrió un paro cardíaco a bordo del vehículo, lo que provocó que se detuviera y al mismo tiempo acelerara el auto detenido hasta provocar un incendio que terminaría consumiéndolo a él junto al rodado.

La cuarta muerte tuvo lugar durante la mañana de este sábado, en la sala de terapia intensiva del hospital Centro de Salud, donde se encontraba internado Adolfo Giménez Lezcano, un hombre de 43 años que se resistió al arresto por una denuncia de violencia de género y recibió el disparo de un integrante del Grupo Cero de la Policía de Tucumán. El intento de arresto que terminó con la herida mortal se registró el 25 de agosto. Según la información policial, la víctima fatal agredió a los uniformados con un machete, primero en la cabeza y luego en el brazo. Esto último motivó al agente a abrir fuego con su fusil de asalto, imposibilitando al atacante y debiendo trasladarlo de urgencia para asistencia médica.

Por último, durante la madrugada del domingo, una quinta muerte violenta se registró en cercanías de un local bailable sobre avenida Francisco de Aguirre. Allí, un joven de 22 años identificado como Joaquín Sebastián Ibáñez, fue ultimado de varias puñaladas. tras ser expulsado del boliche en el que se encontraba junto a un grupo de amigos. Estos últimos denunciaron que el personal de seguridad les impidió salir en auxilio de la víctima y que, por el contrario, los agredió violentamente causándoles numerosas marcas en el cuerpo. Ibáñez falleció en la vía pública, a 50 metros de una garita de la Policía de Tucumán a la que intentaba aproximarse para pedir socorro. El victimario fue demorado y puesto a disposición de la Justicia.

Tres policías en la mira

El 29 de agosto aproximadamente a las 09 h, en un confuso episodio registrado en Martín Berho al 2000 de San Miguel de Tucumán, el accionar de tres agentes de la Policía de Tucumán dejó a un joven gravemente herido en su rostro. La víctima fue identificada como Franco Ezequiel Almirón, quien por estas horas lucha por su vida en un hospital público.

Según la versión de la Fiscalía, una vecina llamó al 911 para denunciar que un grupo de jóvenes generaba disturbios y por ese motivo fue que arribaron al lugar tres efectivos en dos motocicletas. Uno de ellos se bajó del rodado, le dijo al grupo de jóvenes que se quedara quieto y con una escopeta realizó un disparó que impactó en la cara de Almirón.

Este domingo se realizó la audiencia de formulación de cargos para los uniformados involucrados. Al policía que generó el disparo se le endilgó el delito de homicidio en grado de tentativa agravado por haberse cometido con abuso de funciones por un empleado policial, y pidió 180 días de prisión preventiva. En tanto que a los dos acompañantes se les acusó por el delito de encubrimiento al no haber denunciado estando obligados a hacerlo, agravado por ser un hecho grave y por ser funcionarios públicos, solicitando para estos, 60 días de prisión preventiva. La jueza, hizo lugar parcialmente al pedido del MPF, otorgando las medidas de coerción de mayor intensidad por el término de 90 días para el presunto autor del disparo y 45 días para los otros dos policías.

Un discurso violento

Una triste coincidencia es que los hechos de violencia y sangre que incluyen la participación de miembros de la Policía de Tucumán hayan tenido lugar en la misma semana en que el jefe de la fuerza, Joaquín Girvau, expusiera por segunda vez en el mes su postura anti política de reinserción y no del todo garantista de respeto a las mínimas condiciones humanas que deben tener los presos en comisarías y cárceles de Tucumán.

“Hay que decir las cosas como son, nacieron delincuentes, morirán delincuentes; esto es así”, dijo en una entrevista otorgada a La Tucumana de Mañana, que se emite por el dial de La Tucumana FM (95.9), en referencia a personas en conflicto con la ley, quienes aseguran son protegidos por organismos de Derechos Humanos, a los que atacó sin tapujos luego de conocerse los trágicos detalles del caso de Luján Nieva.

Una semana antes, Girvau había realizado declaraciones del mismo tono luego de registrarse tres muertes en 24 horas en barrio San Cayetano. “Nos tenemos que hacer fuertes en estos determinados lugares para que estos delincuentes vayan presos, definitivamente condenados”, lanzaba en Los Primeros. Más tarde, en referencia a las víctimas, sentenciaba: “tienen antecedentes de familias de delincuentes, tienen antecedentes porque son delincuentes, han nacido delincuentes y sin duda que morirán delincuentes”.

/El Tucumano

 

 

 

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