Grave denuncia en Concepción sobre un supuesto casino clandestino con aval de funcionarios del intendente Sánchez
Los vecinos y vecinas de Concepción saben que desde hace más de 10 años (por lo menos), en la propiedad situada en la intersección de las calles Matienzo y Pasco, funciona una suerte de «Casino Clandestino», publicó el sitio Agenda del Jardín.
Escribe el sitio Agenda del Jardín textualmente lo siguiente:
A juzgar por la fachada del lugar, nadie puede suponer que en ese domicilio la actividad azarística que empezó como algo amateur, hoy esté casi profesionalizada y se manejen los montos de dinero que se manejan.
Poker, Ruleta, Dominó y Truco, son los principales juegos que gustan jugar los habitués del boliche que, según los vecinos, es administrado por Héctor «Tití» Rojano. Quizás todo quedaría en la anécdota si el Sofovich de La Perla del Sur no fuera esposo de María Inés Tarulli, la Secretaria de Políticas Sociales de la intendencia que comanda el intendente radical Roberto Sánchez.
La consolidación y profesionalización de la actividad en el salón de juego barrial, tuvo un correlato con el crecimiento patrimonial de la familia. «Antes andaban en una estanciera destartalada y hoy usan Toyotas nomás», señala una doña que pudo atestiguar como la familia vecina pudo experimentar la movilidad social ascendente.
«Tití» Rojano ha sido definido por más de un jugador como «un gran anfitrión». Así como con las «fichas de alto vuelo» con las que ostenta sus mesas, Rojano también exhibe las etiquetas de las finas bebidas espirituosas que tiene para venderle por medida a sus clientes mas pudientes. La provisión de bebidas alcohólicas de marca para amenizar los momentos lúdicos que allí tienen lugar, le ha servido al emprendedor para fidelizar su clientela.
«Las visitas esporádicas de Julio César «Cola» Herrera por la timba de Pasco y Matienzo dan cuenta de la calidez con la que se maneja el anfitrión», explica un vecino que por cuestiones económicas no puede asistir hace rato al templo under del juego en el Sur. «El Cola no timbea porque es muy agarrado con la plata, pero como es un amigo de la casa va a tomar sus tragos para pasar el rato. Debe ser de los pocos que no timbean y pueden entrar, porque Tití no deja entrar a los secos porque dice que son`lechuzas´», agrega después, el hombre que más de una vez renegó por las reiteradas veces que salía el 0 en la ruleta.
Las discretas incursiones de Herrera por el salón clandestino de juego, pueden parecer algo pintoresco si se pasa por alto el hecho de que «Cola» es el actual Secretario de Gobierno de Roberto Sánchez.
En el extremo opuesto, los vecinos ubican a otro funcionario municipal: Miguel Abboud, el Secretario de Obras Públicas del mismo municipio. Abboud, es señalado por los concepcionenses como el ludópata que más asiduamente recurrente al Salón.
De hecho, el procedimiento policial que tuvo lugar la semana pasada (por denuncias telefónicas de aglomeración de personas y violación de cuarentena), disparó rumores que apuntaban a Abboud como uno de los presentes en el momento del operativo. Sin demasiado tiempo, los rumores se hicieron tan fuertes que el funcionario municipal tuvo que usar sus redes para desmentir las versiones.
Quizás el gran triunfo de este emprendimiento ilegal fue por allá por el año 2013, cuando la firma Impresora Internacional de Valores (Ivisa), y la Caja Popular de Ahorros, bajo la gestión de Roque «Cacho»Cortalezzi, le presentaron a la Municipalidad (administrada entonces por Osvaldo Morelli), su proyecto para instalar un Casino en Concepción. Pero la Iglesia dijo que no, y la determinación de Monseñor José María Rossi frenó el proyecto oficial, dejando firme el emprendimiento azarístico del matrimonio Rojano-Tarulli.
Desde entonces, las comisiones que la casa cobra como servicio por los grandes pozos que se arman en las diferentes mesas que funcionan, no han hecho mas que crecer sin ningún tipo de regulación.
«Se maneja mucha plata. Cuando yo fui, a jugar al Poker, cada uno llevaba de 30 mil pesos para arriba. Según dicen, a la noche, cuando van los veteranos que juegan, al Dominó llevan más de 100 lucas. La casa se queda una comisión importante por cada partida», cuenta otro vecino que pide hacer reserva de su identidad, y explica que en esa oportunidad fue a curiosear que a jugar.