Polémica opinión de un científico argentino sobre vacunas contra Covid y falsos negativos en test
En los últimos días de marzo, cuando despuntaba la cuarentena en nuestro país y la Organización Mundial de la Salud hacía tres semanas había declarado la pandemia del nuevo coronavirus, el doctor Pablo Goldschmidt fue uno de los promotores de un debate que con el correr de los días pasó del murmullo a la voz en cuello. Según dijo en esa oportunidad, el coronavirus no merecía que el planeta estuviera en un parate total.
Dueño de un frondoso currículum (Farmacéutico, Licenciado en Análisis Clínicos y Bioquímico en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, Psicólogo Clínico de la Facultad de Filosofía y Letras también de la UBA, diplomado en Farmacología Clínica en la Facultad de Medicina del Centro Hospitalario de la Pitié-Salpetrière de París, doctorado en Farmacología Molecular de la Universidad Pierre et Marie Curie de París y diplomado en el Instituto Curie y Pasteur de ese país en Virología Fundamental y de Biología Molecular), volvió a hablar y esta vez sobre el nuevo panorama que plantea el COVID-19 en Europa. Residente en Montecarlo, viajó a París para dar charlas referidas a sus dudas sobre la eficacia de los testeos y en un resquicio de su agenda tuvo lugar la conversación con este medio.
-¿Cómo se vive la segunda ola de COVID-19 en Europa, que parece ser peor que la primera?
-Los datos objetivos de la enfermedad ocasionada por el SARS-COV 2 son discutibles desde siempre. Primero, no se si recuerda, la mortalidad se calculó con pacientes que se internaban en aquel momento en el hospital de Wuhan. La cifras no se refirieron a la población general ni al total de personas infectadas. Después se consideró que una persona con un hisopado nasal positivo rRT-PCR (PCR en tiempo real con transcriptasa inversa) estaba infectada. Este error conceptual hizo que muchos con hisopado negativo hayan transmitido la enfermedad, y que mucha gente con falsos resultados positivos y sus familias hayan vivido en un estado de ansiedad y angustia por tests inexactos. Hoy se sabe por ejemplo que sobre 350 mil test que hicieron en Marsella y 12 mil personas enfermas con síntomas confirmados, que la mortalidad se bajó al 50 % en las personas internadas con cuadros severos. Se sabe que desde que empezaron los síntomas hasta que la situación se complicó e internaron a los pacientes en terapia intensiva pasaron seis o siete días, momento en que empezaron los problemas respiratorios. Los cuadros clínicos se confirmaron por radiografía o tomografía de pulmón. Eso es importantísimo. Cuando se tomaron en cuenta estos parámetros y se atendió a los pacientes que necesitaban asistencia médica intensiva, la mortalidad fue de seis enfermos cada diez mil casos. Ese es el análisis que resulta de la segunda ola en algunos hospitales. Sin embargo, el número de casos informados de personas con el virus de la influenza en Francia fue diez veces menor al del año pasado en gente que no se vacunó. En otras palabras, hubo pacientes con influenza a los que se les atribuyó COVID-19.
-¿Una se enmascara con la otra?
-Las cifras indican que ya casi no hay gripe, y eso deja abierto un interrogante. Existe mucha presión sobre las políticas públicas, la ciencia y la prensa que llevó a una histeria en el planeta, a una pasión que está muy lejos de la verdad científica que construimos día a día. Hay resultados contradictorios, y la ciencia no puede responder de forma inmediata, necesita serenidad y tiempo.
-¿Usted dice que hay muchos casos de COVID que en realidad son otras afecciones respiratorias?
-Siempre las hubo, siempre hubo neumonías virales y bacterianas y personas con insuficiencia respiratoria. Este año, prácticamente todas esas presentaciones son consideradas COVID-19. Sin embargo, para que se confirme COVID debe manifestarse fiebre durante dos días, síntomas clínicos gripales con pérdida de olfato y gusto -que no siempre se observan- y parámetros de laboratorio e imágenes radiológicas que lo confirmen. Si los linfocitos están alterados, si la proteína C-reactiva está aumentada, si hay dímeros circulantes aumentados en personas que nunca los tuvieron antes, significa que hay probablemente una infección viral. El diagnóstico se confirma generalmente por imágenes que son patognomónicas y por hisopado, y ahí viene el problema.
.¿Por qué?
-El hisopado se validó al inicio del brote en China, Estados Unidos, Corea y Japón. Se hizo en personas que se presentaban en hospitales con síntomas clínicos pero no fue una validación por tamizado de la población general. Cuando un individuo no tiene síntomas, el hisopado sólo puede tener un poder predictivo si en los tres a cinco días anteriores estuvo en contacto con gente enferma con diagnóstico sospechoso o confirmado. Pero si no estuvo en contacto y el hisopado da positivo, lo primero es dudar de la calidad del test. La rRT PCR es una técnica de detección de genomas virales y no una técnica de diagnóstico de infección. Hay muchos resultados positivos en gente no expuesta y eso tiene que poner en duda el resultado. Estos test de hisopado sirven sobre todo cuando, por ejemplo, un médico o una enfermera y todo el personal del área de salud estuvo en contacto directo con pacientes infectados confirmados por laboratorio y con imágenes de pulmón. Cuando un sujeto no estuvo en un contexto de transmisión viral y el hisopado da positivo, hay que volverlo a controlar, porque es probable que sea un falso resultado positivo. Un hisopado positivo sin noción de contacto y sin síntomas clínicos ni marcadores radiológicos o biológicos, pone en duda la veracidad del resultado.
-¿Pero suceden muchos casos de falsos positivos?
-En China hubo cerca del 30%, en Japón 56%, en el Véneto, Italia, más del 50%, en Nueva York más del 30% de casos de falsos positivos. Por otra parte, si una persona estaba infectada con un virus respiratorio -sea el que fuere-, al cabo de un mes ese organismo infectado reacciona y genera anticuerpos. Por eso es necesario que a la gente con resultados rRT PCR positivos y sin síntomas, se les haga un dosaje de anticuerpos por test Elisa y no por las técnicas rápidas, para verificar si el resultado fue un falso positivo.
-Lo que pone en tela de juicio a los gobiernos es que rRT PCR positivo no significa un caso positivo. Ahora, las cifras de rRT PCR positivas requieren una confrontación con las imágenes de confirmación y con el número de pacientes internados y con la ocupación de camas de terapia intensiva. La rRT PCR es una técnica amplificadora, es como el amplificador de sonidos cuando se escucha música, y con esta técnica, el sistema amplifica las señales 10.000 millones de veces (10 a la 11). El método tiene que detectar tres señales específicas del genoma del virus SARS-CoV 2. Al inicio de este brote, con una sola informaban positivo, sabiendo que mucha gente presentaba esa sola señal y no había estado en contacto con el virus. De ahí que desde hace algunas semanas, se consideren positivos solo los tests que presenten un mínimo de dos señales. En muchos sitios, sin haber tenido en cuenta la falta de especificidad de una sola señal, se crearon situaciones de angustia social, encerrando a la población por una sola señal de la rRT PCR, el llamado gen N.
-Pero el estudio de rRT PCR para SARS-CoV 2 está diseñado específicamente para detectar esa enfermedad. Y usted dice que las grandes cantidades de infectados de las que se habla son muchos menos…
-No es cantidad de infectados, ahí está el error. La cantidad de rRT PCR positivas que se informa no es sinónimo de gente infectada. Si el análisis está técnicamente bien hecho, el resultado corresponde al número de quienes tienen genoma viral del virus vivo o muerto. A quien tenga una rRT PCR positiva, debe preguntarse si estuvo en contacto cercano con personas enfermas. Si ningún marcador de laboratorio indica infección viral, es entonces necesario esperar cuatro días y verificar el estado clínico y los marcadores de laboratorio. A partir de ahí se puede sospechar que el resultado sea un falso positivo. Integrando toda esta información el periodo de cuarentena se redujo a 7 días.
-Pero nadie se hisopa si no tiene síntomas, ¿o sí?
-Aparentemente obligan este test a personas que tienen que pasar de una provincia a la otra, o que viajan entre regiones, pueblos y países. Sin embargo vale la pena recalcar que el test rRT PCR no se ha validado aún para hacer tamizados de la población, sino para confirmación de pacientes con síntomas, para enfermos. La falta de claridad ha generado una ansiedad planetaria que estamos viviendo desde enero por no habernos coordinado con serenidad para diseccionar los riesgos de tests falsos positivos y falsos negativos con especialistas que conozcan de cerca los límites y potencialidades de estas técnicas.
-¿Los gobiernos sobreactuaron? ¿No tienen sentido las cuarentenas o los toques de queda?
-Eso no lo puedo decir yo. No tengo conocimientos para juzgar lo que está bien o mal por parte de los gobiernos. Yo hablo de evidencia científica. Los gobiernos utilizan los resultados que les brinda la comunidad científica. Ahora, si no fueron correctamente validados, no se puede acusar al gobierno de sobreactuar, sino que debe indicarse que la comunidad científica no hizo el trabajo como debería haberlo hecho.
-Entonces, usted apunta a la OMS…
-Tampoco. La OMS también basa sus recomendaciones en los resultados de otros… Apunto a quienes no analizan con sentido crítico lo que se hace y lo que se publica sabiendo que hay falsos resultados negativos y positivos. Lo que sugiero es que se pueda corroborarlos. Por ejemplo, si sobre mil personas con rRT PCR positiva hay 300 que nunca tuvieron fiebre, no tosieron y no generaron anticuerpos específicos, el test puede haber generado 30% de conclusiones falsas.
-Por supuesto. Desde enero trato de explicar que hay que parar con la histeria que puede producir un virus respiratorio, porque las consecuencias son inmensas. Me parece correcto que la gente use una barrera mecánica, una máscara para que la saliva no lo alcance y viceversa. Es necesario proteger al personal de salud y a la gente vulnerable para que proteja, pero hay que seguir viviendo. En varios países no terminaron aún el estudio de mortalidad global, y parece que la mortalidad en general no aumentó de manera dramática como se predijo. Lo que no puede ponerse en tela de juicio es que este virus afecta a gente que ya tenía una esperanza de vida reducida.
-Pero Argentina está sexta en muertes por millón después de una cuarentena bastante estricta.
-Se requiere de datos robustos para poder afirmarlo, porque ¿todas esas muertes fueron por neumonías con alteraciones hemostáticas confirmadas por imágenes y análisis de laboratorio validados?
-Lo que se informa es que fueron por COVID-19…
-¿Y cómo se determinó que fue el virus SARS CovD 2 responsable de la COVID-19? Ahí viene el error: ¿Se determinó por la clínica? Fue gente que tenía fiebre y tosía, pero estos síntomas pueden ser provocados por distintos virus. ¿El laboratorio confirmó la sospecha de un virus? Si hubo infección respiratoria viral, ¿la rRT PCR positiva pudo confirmarse con producción de anticuerpos específicos? Decir positivo requiere la adición de todos esos elementos. Ahora, si todo lo que se informa se refiere únicamente a los hisopados sin imágenes radiológicas y no se dispone de resultados de linfocitos, de dímeros y de la proteína C reactiva, no se puede confirmar sin seroconversión que una enfermedad o la causa del fallecimiento ha sido provocada por el SARS-CoV2.
-Los datos son los que da el Ministerio de Salud en sus informes diarios…
-Sí, claro. Acá también se informan datos de números de pacientes y de muertes todos los días. Argentina no es una isla y actúa como todos los países, siguiendo normativas internacionales establecidas por una institución supranacional, y que van cambiando.
-¿Y por qué cree que hubo más muertos por millón acá que en los Estados Unidos o Brasil, donde las medidas que se tomaron no fueron tan rígidas?
-No lo sé, porque no dispongo de pruebas que demuestren que todas fueron muertes por COVID-19. Si fue por infección por SARS-CoV 2 hay que demostrarlo con datos clínicos, imágenes y test correctos y controlados. Ahora, hacerlo correctamente implica un gasto suplementario muy alto para los laboratorios. porque por ejemplo si se paga por cada test 20 dólares solamente para los reactivos, hacerlo en forma correcta costaría no menos de 25, lo que incrementa el gasto de salud, pero ayudaría a generar menos falsos positivos. Pero de nuevo, no es el gobierno argentino, es algo general en la comunidad científica global porque la Argentina no hace nada distinto de los otros países, salvo Suecia.
-Por último…. ¿Qué vacuna se daría usted?
-Me la daría únicamente el día que disponga de resultados científicos publicados y validados por comités de lectura de colegas respetables. Por ahora, ninguna. Imagínese que mañana le dijera “tengo una vacuna” e hiciera una conferencia de prensa diciendo “me da tanto de eficacia”. Sobre ese tema hubo una empresa cuyas acciones a las 7 de la mañana valían 36 y a las 11 valían 42, pero no había resultados publicados, eran todas conferencias de prensa y blogs, que inspiraron a periodistas que los copiaron y pegaron. La gente se confunde cada vez más y por ahora no hay nada que permita decidir sobre ensayos clínicos confirmados. Se demostró que hay vacunas bien toleradas que producen anticuerpos. Esperemos al año que viene para determinar si la gente vacunada no se enferma y los que no se vacunaron sí. Esa es la eficacia. La eficacia es clínica.
-¿Cómo es eso?
-Por ejemplo, se incluye en un estudio a 100 personas a los que se les aplica la vacuna, y al cabo de cierto tiempo se les toma una muestra de sangre para ver si generaron anticuerpos. Entre el 90 y 95% de los vacunados produjeron anticuerpos. Ese elemento es interesante, porque si se inyecta un cuerpo extraño se deben generar anticuerpos. Ahora bien, esto es necesario pero no suficiente, porque ¿esos anticuerpos son protectores? Generar la síntesis de anticuerpos no es sinónimo de estar protegidos.
-¿Qué significa?
-Que una persona tenga anticuerpos no significa que esté protegida contra una enfermedad. Y lo que siempre explico es que cuando un individuo sufre -por ejemplo- de episodios de herpes a repetición y se le toma una muestra de sangre, puede tener 5 mil o 10 mil de título de anticuerpos, pero las manifestaciones virales se presentan, confirmando que hay anticuerpos que son protectores y otros que no lo son. Lo mismo para la Hepatitis B, C, el VIH etc. Por otra parte hay mecanismos inmunitarios protectores que no dependen exclusivamente de los anticuerpos. El 90% de los vacunados produjeron anticuerpos, pero ¿son protectores ? Eso no indica eficacia, es un marcador de respuesta inmune. El problema es que frente a esta crisis sanitaria la información parece ser difundida por comités de comunicación que no explicitan el significado de la palabra “eficacia”. Hasta ahora no hay datos convincentes .
-¿Hasta cuándo exactamente debemos esperar?
-No lo sé. Nadie sabe. O mejor dicho, será hasta que haya estudios que demuestren que hay un brote y haya gente enferma que no fue vacunada, y gente vacunada que no se enfermó.
-Entonces, según usted, saber si las vacunas son eficaces va a demorar mucho más tiempo del que se habla…
-Hablar de eficacia no es hablar de inmunidad. Por ahora se hizo saber que las vacunas son toleradas, eso está muy bien. Que generan anticuerpos, muy bien. Pero, ¿hay alguna prueba que la gente vacunada no se enferme? Por otra parte hay un test, que es el de inhibición del crecimiento, en el que se toman por ejemplo 1.000 virus vivos, se mezclan con el plasma de una persona vacunada, se cultivan y se determina si el contacto de los virus con el plasma (o el suero) inhibe el crecimiento viral. Por ejemplo, si se hace con una muestra de una persona vacunada y no crece, es un marcador predictivo de eficacia. Eso se hizo en algunos casos, pero no alcanza. Mientras tanto, las acciones de los que proponen vacunas suben y bajan viendo girar una ruleta en que muchos ganaron millones apostando a la incertidumbre. Por ahora lo que puedo decir es que la vacuna que sirva será la que evite enfermedad y muerte. /Infobae