Pese al hermetismo con el que trabajan los uniformados nacionales, se supo que la causa comenzó hace varias semanas cuando receptaron información sobre que el funcionario de la policía de la provincia, estaba vinculado con la venta de sustancias tóxicas.
Con evidencias suficientes y con luz verde de autoridades judiciales, los gendarmes -durante la jornada del jueves- ingresaron a una casa del barrio Primera Junta, más precisamente en inmediaciones de calles Viamonte y 12 de Octubre.
Según revelaron las fuentes cercanas a la causa, los efectivos nacionales rodearon la zona, e ingresaron al inmueble cerca de las 12.30, y permanecieron más de cuatro horas dentro de la vivienda donde reside el imputado -apodado “Wili”– y desde donde después de una profunda requisa, secuestraron más de diez ladrillos de sustancia vegetal compacta.
Investigan si la droga era para “entregar” a otro distribuidor o si iba a ser comercializada al menudeo por el efectivo.
Las fuentes consultadas revelaron que según el trabajo de campo realizado se determinó que el pesaje total de la mercadería ascendía a los 11 kilos, aproximadamente, los cuales estaban ocultos en una de las habitaciones donde el funcionario residía con sus padres.
Además, los investigadores revelaron que “Wili” se encontraba de apartado de las filas policiales momentáneamente -es decir en disponibilidad preventiva- ya que pesa sobre él una causa por violencia de género.
Hace aproximadamente ocho meses, su pareja lo había acusado ante sus colegas por las agresiones que sufrió por parte del uniformado, que en ese momento cumplía funciones en una División del Escuadrón Táctico Motorizado.
Tras el secuestro de la droga, el cabo fue trasladado a la base de Gendarmería Nacional donde quedará detenido para ser indagado en las próximas horas, mientras que la causa continúa y no se descartan nuevos procedimientos. /El Liberal
