ESCÁNDALO ENTRE ALTOS JEFES POLICIALES

Qué dijeron los policías que vieron la dura pelea entre dos comisarios

La escandalosa pelea entre dos comisarios de la Policía de Tucumán con funciones de mando en el Departamento Judiciales de la fuerza, disparó una crisis interna cuyas repercusiones llegaron hasta la Corte Suprema de Justicia e incluso al Colegio de Abogados de la Capital.

Curiosamente con el correr de las horas, trascendieron algunos testimonios de quienes presenciaron el cruce en el que resultó lesionado el jefe del de la unidad, Gustavo Sbrocco, todos ellos comprometedores para el titular de Antecedentes personales y subalterno del primero, Marcelo Balastegui.
Según las actas, la violenta escena comenzó a gestarse el miércoles a las 10, cuando Sbrocco convocó a Balastegui a su oficina, conjuntamente con su segundo, el subcomisario Eduardo Raúl Ávila y a la jefa de la sección Informática Jessica Jiménez.
El primero testificó que “Sbrocco dio normativas. Balastegui, al escuchar lo que planteaba el director, se levantó enfurecido y le contestó: ‘no tomaré esas directivas, no estoy de acuerdo’”, reacción que según dijo, fue seguida por una actitud amenazante por parte de quien sindicó como el agresor.
Según Ávila, Balastegui “Se levantó de la silla, en un momento sacó el arma provista de su pistolera. Lo apuntó, estaba por remontarla cuando logré agarrarle la pistola por la corredera, impidiendo su acción, empujándolo y afirmándolo contra la pared, mientras el arma quedaba entre los dos. Inmediatamente se acercan Sbrocco y Jiménez a ayudar y Balastegui le pegó un cabezazo al comisario mayor”.
El forcejeo habría seguido fuera del recinto, donde se sumaron el cabo Héctor Gustavo Cáceres y el subcomisario Daniel Rubén Yapura, con quienes «tratamos de reducir a Balastegui en el pasillo de ese departamento. Logré sacarle el arma reglamentaria, pero luego él salió rápidamente y se dio a la fuga”, completó el testigo.
Su colega ratificó sus dichos, agregando que “Ávila, que estaba sentado a la derecha, se arrojó sobre Balastegui, hace que baje el arma y sostenía su corredera. Forcejearon, él trataba de quitarle el arma mientras el otro seguía gritando: ‘aquí se soluciona todo’”.
Los trascendidos no incluyeron declaración alguna del comisario Balastegui, aunque en los pasillos de la Jefatura de la Policía se comentó que su versión de lo ocurrido sería totalmente opuesta a lo que narraron las personas que presenciaron la violenta escena.
Todo esto derivó en que el Jefe de Policía Manuel Bernachi, dispusiera el pase a disponibilidad de ambos, por 90 días para Blastegui y por 15 días para Sbrocco, quien firmó en disconformidad, dispuesto a recurrir la medida, ya que se considera la víctima en todo el asunto.
El secretario de Seguridad Luis Ibáñez anunció el inicio de una investigación judicial que recayó en la fiscalía de Arnoldo Suasnabar, quien extrañamente dejó pasar casi dos días sin tomar medidas, pese a que en un primer momento había trascendido una inminente orden detención contra Balastegui y un allanamiento en su casa.
Desde el Poder Judicial se informó que el escándalo fue motivo de comentarios incluso en el seno de la Corte Suprema, mientras un grupo de abogados se presentaba ante las autoridades del Colegio de profesionales solicitando que se emita un enérgico repudio a todo lo ocurrido.
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