Cuando en la gestión anterior, Cristina Kirchner y Alberto Fernández dieron inicio a una interna feroz, muchos decían que la misma formaba parte de una pantalla para que no se hablara de los problemas económicos que aquejaban cada vez más al ex Frente de Todos, y en particular a los argentinos. En rigor de verdad, una cosa atraía a la otra y el círculo vicioso derivó en la debacle del 19N en la que Sergio Massa y Agustín Rossi perdieron ante un adversario impensado hasta pocos meses antes de la elección.
Los que analizan la historiografía afirman que basta observar lo que hizo un político en el pasado para saber qué puede llegar a hacer en el futuro. Lo mismo aseguran con respecto a los hechos cíclicos del devenir, especialmente en la Argentina, donde muchas cosas parecen repetirse como en un eterno retorno. La cuestión es que Javier Milei no tiene un historial que revisar en esa materia. Sin embargo, su asesor insignia, Santiago Caputo, muestra atisbos de aprendizaje sobre lo que ya pasó en el país.
Por ahora él parece ser el último de los mohicanos en la pequeña mesa de decisiones que hace esas lecturas, mientras goza del pleno aval de la secretaria General de la Presidencia, en este caso, para ir contra Mauricio Macri, algo que, infieren, “Alberto no hizo con Cristina”, quien lo promovió al Sillón de Rivadavia. Cuando este medio tocó el tema con un referente del espacio libertario, el dirigente leal a los Milei hizo una diferencia: “Macri nos apoyó pero no nos puso con el dedo, su electorado votó a Javier, que no es lo mismo”, aclaró.
De todos modos, saliendo de las analogías posibles, está claro que la noción de apartarse de la dependencia macrista es un hecho objetivo. Una estrategia que se viene materializando mediante estrictos off the records que provienen de ese “entorno”, al que el líder PRO cuestiona, pero también con un agregado, la voz pública, entre otros, de Manuel Adorni que hasta de manera despectiva enfatizó que lo que diga el ex presidente es “irrelevante”, aunque poco antes asegurara que la relación con él era “excelente”.
Así como el asesor Caputo salió por primera vez a dar una entrevista escrita con el fin de elogiar al líder del PRO, antes y después de la misma, le había arrojado misiles teledirigidos de alto alcance. Del mismo modo que se lo comparó con Larreta y Biden, las mismas usinas dejaron trascender mensajes durísimos como que “a su gobierno se lo pusieron de gorra y lo chocaron”, y que “Macri y su irrupción en la Boca no cambia, ni cambiará nada de nada de nuestro gobierno”. Algo parecido había esbozado Adorni en rueda de prensa, pero sin dudas, lo que se dice detrás de escena es sin filtro y mucho más airado.
Uno de los colaboradores ministeriales señaló que a Mauricio M. se le “quiso tirar un ramo de Olivos y no lo agarró ¿Qué harías vos sí te escupen cuando querés ayudar?, refrendó, enfocando a sus interlocutores con otro interrogante: “¿No les resulta raro que MM salga a hablar de la Hidrovía ahora?”. Las últimas elucubraciones al respecto –dadas a FM Concierto a micrófono cerrado, fueron: “Es todo contradictorio y muy raro. Piden entrar, ser protagonistas, y luego reclaman por promesas que Milei no cumplió, dicen ellos”. El único que recibió elogios en la charla fue el jefe del bloque PRO, Cristian Ritondo. “Es el único macrista que quiere construir políticamente”, cerró el emisario del oficialismo.
A la vez que en público se afirmó que la situación financiera en el mundo no afecta al país, en Balcarce 50 hubo ruido estos días por declaraciones que efectuó el secretario de Prensa, Eduardo Serenellini, quien declaró que “menos mal que tenemos el cepo” para evitar la crisis. Algo que en conferencia de prensa el portavoz presidencial, que tiene fuertes diferencias con el ex periodista al que Karina Milei le vació su despacho, contradijo al manifestar, primero, que hace tiempo que no escucha al funcionario, y segundo, que “para nosotros es absolutamente nefasto (el cepo). Lo vamos a levantar lo más rápido que podamos, siempre dando pasos sobre seguro, nunca pasos en falso”.
Uno de los máximos asesores en materia económica del primer mandatario remarcó en la sede del Poder Ejecutivo una estimación de cara al futuro. “Para el último semestre 2024 debería bajar la inflación”, expresó, pero aclaró que la lectura sería factible “manteniendo a la Argentina con superávit para empezar a salir”. En esa misma línea, en Casa de Gobierno se adelantó que buscando ese objetivo se dio impulsó a la reglamentación dirigida a las empresas que se van a privatizar, igual que al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), y para fin de mes o principios de septiembre, a la cuestión de la minería y los hidrocarburos.
El hecho que resonó en lo que se refiere a las visitas que se produjeron en Casa Rosada en las últimas horas, giró en torno al cónclave que mantuvieron el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Al salir del encuentro, el hombre de Kicillof contó que al ministro coordinador se le planteó la preocupación “por la situación social y económica”, y en referencia a los temas entre Nación y Provincia “se tocó el tema del transporte; el reclamo por los recursos provinciales que le corresponden a la PBA y que han sido cortados por el Gobierno nacional; las transferencias no automáticas; la obra pública, y temas puntuales de algunos ministerios en cuanto al vínculo”. Con la administración central “lo que se decidió es establecer una mesa de trabajo para repasar todos esos temas”, informó.
Bianco explicó que “nosotros nunca cortamos el vínculo, hay diálogo entre algunos ministerios, con algunos más que otros”, y con respecto a la polémica por la inversión de YPF-Petronas, el dirigente peronista apuntó: “Nos han vuelto a decir que la decisión de otorgarla a Río Negro es por cuestiones técnicas y la localización del puerto, pero que nada tienen que ver con el RIGI», aseveró sin dejar de contar: «Nosotros le pedimos acceder a los informes técnicos que nunca vimos y Francos prometió pedírselos a YPF”.
La situación procesal de Alberto Fernández (titular del PJ nacional en uso licencia), a la que en Rosada le dan vital importancia para capitalizarla en términos políticos, lleva a la necesidad de que alguno de los gobernadores tome la responsabilidad de capitanear la herramienta electoral del peronismo. En ese devenir está el riojano Ricardo Quintela, que esta semana jurará la nueva constitución provincial con la presencia de su par Axel Kicillof. El “nuevo eje antimileístas”, refuerzan en el justicialismo, y al que La Libertad Avanza pretende relacionar con gran ímpetu a CFK y al kirchnerismo en todas sus vertientes.
Los alfiles gubernamentales sostienen que todavía tienen margen para terminar el año con una elevada imagen positiva en comparación a esa oposición dura. Del otro lado, en particular entre los que pregonan el “kicillofismo” -y que esta semana estuvieron en Casa de Gobierno- «el plan económico de Luis Caputo es insostenible en el corto y mediano plazo», por lo que deducen, como subrayó un alto colaborador de la gobernación de Buenos Aires: “El enemigo de Milei no somos nosotros, sino el tiempo”.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento de la República Argentina 105.5 FM Concierto