“Todos los gobiernos homenajearon a mi hijo, menos éste”, sostiene la madre de 93 años del TENIENTE BERDINA
La madre del Teniente Rodolfo Berdina tiene 93 años, pero su voz, firme, no delata esa edad. Busca y rebusca junto a su hija María Laura el original de la carta que escribió en 1975, “tres o cuatro” días después que el joven fuera muerto en una emboscada del ERP en pleno monte tucumano, pero no lo encuentra. Queda su memoria, que comparte por el teléfono con Infobae: “No sé porqué escribí esa carta. Muchas veces plasmo mis pensamientos así. Y esa vez, por lo que lloré, hubiera necesitado un papel secante, mire… Pero la hice sobre papel de carta, así nomás, sin membrete ni nada. Y se la di a sus compañeros, que supieron que hacer. Escribí por el desgarro que sentía, y yo no podía matar a nadie. Me hizo mucho mal ese episodio. Sufrí muchísimo. Hasta los varones de mi familia se acordaron de llorar. Pero me quedé con los recuerdos lindos”.
Así, “episodio”, es como llama Hebe Susana Solari de Berdina a la acción donde murió su hijo, que tenía 22 años y el 5 de septiembre de 1975 se encontraba a cargo de de la Segunda Sección de la Compañía B del Regimiento de Infantería del Monte. Regresaba caminando hacia el lugar de reunión con el resto de los efectivos para subir a los vehículos y regresar a la Base. Venían, en medio del calor del monte, después de patrullar la zona durante 40 horas y haber entablado alguna escaramuza con la guerrilla. El conscripto Ismael Maldonado marchaba detrás suyo. Al llegar al paraje de Potrero Negro, de pronto, escucharon disparos. El joven subteniente comenzó a correr hacia el lugar desde donde provenían, pensando que la punta de su sección estaría siendo atacada por el ERP. Detrás suyo salió corriendo Maldonado, al tiempo que comenzaba a disparar con su FAL en dirección a la espesura del monte. Ambos fueron alcanzados por los proyectiles. Maldonado murió en el acto. Berdina permaneció tirado, malherido, fue evacuado en helicóptero hacia San Miguel de Tucumán, donde falleció.
La acción se enmarcó en el Operativo Independencia, ordenado durante el gobierno democrático de María Estela Martínez de Perón el 5 de febrero de 1975 a través del decreto Nº 261, que decía, entre otras cosas: “El comando General del Ejército procederá a ejecutar las acciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán”. Todavía no había tenido lugar el golpe de Estado ni la sangrienta dictadura militar. Lo que cayeron eran dos jóvenes, de 22 y 18 años, siguiendo órdenes emanadas por un gobierno constitucional.
De los cuatro hijos que tuvieron, Rodolfo -el tercero entre Alejandro, María Laura y Adriana-, fue el único que siguió la carrera de las armas. Pero en vez de la Marina, eligió el Ejército. Ingresó al Colegio Militar el 2 de marzo de 1970 tras estudiar en el Colegio San Miguel de Recoleta hasta tercer año. “Tenía miedo de decirle al padre, miedo a que se ofendiera porque no elegía la Marina, pero fue todo lo contrario, al papá le pareció una decisión sana, buena”, rememora Hebe.
El estudio, las salidas con sus amigos y su perro Black, un ovejero alemán, eran la vida de Berdina. “No tenía novia -cuenta su madre-, el gran amor de su vida era el Ejército”. Egresó con la promoción n° 105 del Colegio Militar el 6 de diciembre de 1974. Menos de un año después había muerto.
A lo largo de los años, fueron muchos los homenajes que recibió Berdina. Un pueblo tucumano lleva su nombre, así como una escuela de Tartagal, en Salta, donde tiene su base el Regimiento de Infantería del Monte, del que fue abanderado cuando llegó a principios de 1975. Los “Rodillas Negras”, como los llamaban hasta los del ERP, por el cuero que se aplican sobre los pantalones como refuerzo. El año pasado, Alejandro Berdina estuvo en Tucumán para recibir las honras por su hermano. Hasta que la salud se lo permitió, Hebe también lo acompañó.
Este año, el Ejército, a través de su cuenta de Twitter, publicó una foto de Berdina junto a la del conscripto Ismael Maldonado. Era un homenaje a dos jóvenes caídos en democracia, por orden de un gobierno democrático. Inexplcablemente, el ministerio de Defensa ordenó borrar el tuit. Previsiblemente, hubo reacciones.
El jefe de la fuerza, general de brigada Agustín Cejas, explicó que “ no renunciamos a recordar nuestros muertos, que para nosotros es central en la energía con la que necesitamos fortalecer nuestra voluntad. Evidentemente, a partir del cambio de gobierno, hay un cambio en lo que este establece como lineamientos rectores. No obstante lo cual, se sigue haciendo la conmemoración de muertos porque la entrega de la vida en cumplimiento del deber es central para el soldado, y así lo hizo el Ejército el 17 de enero en la guarnición Ejército Azul, recordando a los que cayeron defendiendo esa guarnición; lo hicimos hace 15 días en el Colegio Militar recordando al coronel Argentino del Valle Larrabure, lo hice hace cuatro días en la Dirección General de Sanidad recordando al coronel (Raúl Juan) Duarte Ardoy”
Para Alejandro, el hermano mayor, “fue una vergüenza. Argentina es un país donde el derecho lo tiene sólo una parte de la población. Sería bueno que las cosas fueran parejas, y no lo son”. Hebe, su madre, dijo que desconocía el episodio cuando la consultó Infobae, pero no obstante señala que “todos los gobiernos lo homenajearon, menos éste…”