Trabajaba en una agencia de lotería y su amigo policía lo mató para robarle: “Lo encontré bañado en sangre”
Franco Delpech tenía 21 años cuando el oficial Sergio Maidana entró a la quiniela para llevarse la plata de la caja. La justicia condenó al gobierno de Chaco a pagarle a la familia una indemnización de 13 millones de pesos. La decisión del papá de la víctima.
Franco Delpech fue asesinado de una manera escabrosa en el pueblo de General Vedia, en Chaco. El joven de 21 años atendía la quiniela como todos los días cuando Sergio Maidana, un policía que frecuentaba el local, entró a robarle la recaudación. No solo le robó, sino que le pegó 117 veces con la culata de su arma reglamentaria y lo terminó de matar con un cordón de su zapatilla.
La familia de Franco obtuvo algo de justicia. El Juzgado Civil y Comercial 16 de Chaco condenó al gobierno provincial a pagarle $13 millones a modo de indemnización por “poner en riesgo a la sociedad, darle un arma, luego de exámenes, y no vigilar a un real delincuente”. Pese al fallo favorable, los papás de la víctima -que habían hecho una demanda que oscilaba los $19 millones- creen que la provincia apelará.
Aldo Delpech es el padre de Franco, dos veces intendente de General Vedia y conocido en todo el pueblo. El hombre encontró a su hijo tirado en el piso de la sala en la que el asesino solía jugar a la ruleta. La escena, según le relató a TN, fue desgarradora: “Vi la puerta entreabierta del local y por las cámaras vi que su cuerpo estaba tirado. Estaba bañado en sangre, había sangre hasta en el techo”.
El llamado de este medio le llegó 30 minutos después de haber pasado por el cementerio y, con un dolor irremediable, recordó cómo fue asesinado su hijo: “Él se quedaba todos los sábados un rato más para dejar todo ordenado hasta el lunes. Se ve que Maidana sabía cómo se manejaba porque esperó a que se vayan todos y regresó al local”.
El asesino llamó a la puerta como otras tantas veces, Franco -quien manejaba cierta complicidad con él- lo dejó pasar como siempre. Cuando la puerta se abrió, el policía le apuntó con el arma y le pidió la recaudación del día. El joven de 21 años le dio la mochila sin resistirse y ahí comenzó el estremecedor ataque.
“Le pegó hasta matarlo. Intentó defenderse, pero ya no era él. El agente era más grande, era un hombre rudo que había trabajado con animales. Cuando estaba por salir, lo ató con un cordón de la zapatilla de mi hijo y lo terminó de matar”, relató.
La teoría que elaboraron los familiares de la víctima es que el crimen ocurrió porque Franco conocía a Maidana y no quería dejar evidencia. “Me llama la atención de que no haya roto las cámaras, por eso quedó todo registrado”, agregó. Ni él ni su familia se animaron a ver el video del homicidio de su hijo: “Fue muy desgarradora la escena, lo que pasó fue terrible y nunca me animé a mirarlo”.
Sobre el modo en el que el policía provincial asesinó a su hijo, respondió: “No sé si le cabe la palabra animal porque ni un animal tiene tanta violencia. No podemos entender que una persona esté tomando mate y vos estés pensando en matarlo. No nos entra en la cabeza, hasta dónde llega la mente del ser humano. Se ve que no hay límites”.
“Uno pensaba que no iba a pasar nada porque era el amigo. Más un agente de policía, ¿qué podía pensar yo? Nunca ocurrió una cosa semejante, la forma y la magnitud. Fue un golpe para todos los departamentos de acá, a mi hijo lo conocían en todos los pueblos por la música”, agregó.
En ese sentido, explicó: “Trabajaba en otra localidad y cada vez que venía en sus francos o licencias siempre estaba en la quiniela porque era muy jugador. Hizo una amistad, él iba y compartía, tomaba mate, a veces mi hijo le prestaba plata, no solo para jugar sino para otras cosas. Había una amistad bastante cotidiana de verse en el lugar donde trabajaba mi hijo. Era un cliente con confianza. Mi hijo nunca pensó que ese tipo lo iba a querer asesinar”.
El brutal prontuario del asesino: antecedentes por violencia, un padre homicida y el peligro de cruzarlos en el pueblo
Sergio Maidana era agente de la policía de Chaco, pero tanto él como su familia guardaban un prontuario de mucha violencia que se conocía en el departamento de General Vedia. Ellos, oriundos de General San Martín, un pueblo ubicado a 120 kilómetros del crimen, mantenían un vínculo cercano con el crimen.
“El padre de él tuvo antecedentes”, contó Aldo Delpech sobre el papá del asesino. Además, dijo que el asesino de su hijo tenía antecedentes por robo en General Vedia y desconfía del examen que le hicieron en la fuerza policial: “Siempre hay amigos que hacen favores, evidentemente no le hicieron un examen psicológico porque no puede ser que una persona así ingrese a la policía y que desde adentro genere tanto peligro para la sociedad”.
Pueblo chico, infierno grande, dicen, y en General Vedia viven apenas 4000 personas. Es por eso que la familia de la víctima tuvo -y tiene- que cruzarse con toda la familia del asesino de su hijo. El miedo persiste a día de hoy.
“Nos tuvimos que cuidar un tiempo, estuvimos muy pendientes. El padre nos amenazó, estaba molesto porque lo mataron al hijo. Él siempre hablaba conmigo porque yo tengo un comercio, teníamos cierta amistad de vernos todos los días en el pueblo, encontrarnos y conversar. Nosotros tenemos siempre el miedo de que haga algo”, reconoció el ex intendente de General Vedia.
En paralelo, trató de desligar al resto de la familia del crimen de Maidana: “Tiene hermanos que permanentemente nos cruzamos. No hablé con ellos del tema, no tiene sentido. Más allá de lo que pasó, ellos no son culpables. Si a lo mejor tienen una forma violenta de ser, ellos no cometieron ese error”.
La plata de la indemnización será para abrir una fundación
En la familia de la víctima consideran que el fallo es medianamente favorable, pero no están del todo conformes: “El dolor no nos lo quita nadie, era un hecho irreversible. En parte se hizo justicia, pero a nosotros no nos importa el dinero, no nos van a devolver la vida”, dijo Delpech a TN.
El exjefe comunal del pueblo en el que su hijo fue asesinado contó que con la plata que recibirán del fallo están pensando hacer una fundación con el nombre de Franco. “La idea es ayudar a la gente que no puede afrontar situaciones de salud por cuestiones económicas”.
“Nosotros vivimos en un pueblo chico, gracias a Dios no hay tanta miseria, pero hay gente que están en situaciones complicadas por esta situación económica. Yo antes tenía una ONG y algo conozco del tema. Vamos a tratar de hacer eso con un grupo de amigos, ya hablé y nos van a acompañar”, contó.
Aldo recordó que su hijo era una persona solidaria que le insistió para poder hacer un predio que tenga una pileta, cancha de fútbol y de voley para que la gente pudiera disfrutarlo. Hoy ese predio es realidad, se llama “sueño del ángel” y funcionará para la futura fundación.
A cuatro años del crimen, Delpech reconoció que el dolor persiste: “Todos los días antes de dormir rezo. Viajo con un retrato de él y voy dos veces por semana al cementerio. Esto no creo que me olvide nunca, es muy duro. Cada vez que me acuesto tengo un drama porque tengo que rezar y acordarme de él. Yo viví el peor momento que es encontrarlo bañado de sangre”.