“Vos sos mi proyecto de jugadora”: el método del ex entrenador de River y Vélez procesado por abuso sexual
Tras una investigación de la fiscalía de José Campagnoli, la Sala I de la Cámara Criminal decidió revertir la falta de mérito contra Martín Castro, tras acusaciones de dos jóvenes que estaban bajo su tutela en las divisiones de voley de Vélez: una de ellas era menor de edad. La Justicia lo acusa de usar su poder y su autoridad para cometer sus ataques
Martín Gabriel Castro, profesor de educación física, llegó alto como entrenador en el mundo del voley femenino, primero en Vélez Sarsfield durante casi tres años, hasta que dejó su puesto para comenzar a trabajar en River Plate, donde dirigió hasta el día de ayer al equipo superior de la categoría en la División de Honor y el de la Liga Argentina.
River Plate, institución con la que tuvo lazos laborales al menos desde el año 2005 según sus registros previsionales como empleado en blanco de su Instituto y su Asociación Civil, le pidió la renuncia luego de que diversos medios reflejaran la noticia de que el lunes 3 de agosto la Sala I de la Cámara en lo Criminal y Correccional decidió procesarlo por el delito de abuso sexual agravado, por supuestamente usar su poder y su autoridad para intimidar a dos de sus pupilas mientras estaba en Vélez, hechos que según las acusaciones en su contra ocurrieron en 2014. Las víctimas en la causa son dos, según aseguraron fuentes del expediente a Infobae: una tenía 18, la otra 16.
La pena máxima podrá superar a la edad de sus supuestas víctimas al momento de los ataques. Castro, hoy de 44 años, enfrenta la chance de una sentencia de 20 años de cárcel. Hay testimonios en la causa en su contra de chicas que jugaron en sus equipos, palabras divisivas. Algunos lo consideran el mejor entrenador que tuvieron en sus vidas. Otras lo consideran el hombre que las destruyó.
La Sala I con los camaristas Pablo Lucero y Marcelo Lucini decidió creerle a las víctimas y tomó un giro radical, luego de la investigación a cargo de la Fiscalía Núñez-Saavedra de José Campagnoli, con la doctora Romina del Buono. El Juzgado N°48 había decidido aplicar la falta de mérito para procesarlo, pidió más pruebas como análisis psicológicos a las ex jugadoras que lo acusaron. Castro fue indagado: negó la situación totalmente, cualquier contacto de índole sexual con sus ex jugadoras. Del Buono apeló la decisión del Juzgado en la Cámara a instancias de Campagnoli: tuvo éxito.
Así, Castro fue procesado.
Según sus declaraciones en el expediente, Castro las llevaba en su auto a hoteles alojamiento cerca del estadio de Vélez en Liniers, relataron las víctimas, hoteles a donde se entra con el vehículo, con la excusa de ir a los entrenamientos. Había un hotel en particular, con el nombre de un rey egipcio. Hablaron de una marca personal insistente, de promesas. “Vos sos mi proyecto de jugadora” es una frase que se repetía. Los ataques, declararon las jóvenes, fueron varios.
Para la Sala I, la asimetría de poder fue un claro agravante. “Véase que las propias víctimas hicieron referencia a que el encartado las veía como un ‘proyecto de jugadoras’ lo que, a nuestro entender, utilizaba para influir en su psiquismo, aprovechándose de su situación de entrenador”, aseguraron los camaristas en su fallo. “Esta asimetría alcanza para afirmar, sin hesitación, que el consentimiento prestado por las víctimas no fue libre y estuvo sujeto a una relación de poder que las condicionaba y les impedía manifestarse en contra”, continuaron.
La falta de mérito del Juzgado N°48 no fue el primer revés que sufrió el caso contra Castro. Hubo otro. En 2018, Del Buono notó cómo Castro era repudiado en redes por las mismas acusaciones, con testimonios y acusaciones que surgían en Twitter y Facebook. Al tener competencia jurisdiccional sobre River, donde Castro entrenaba en aquel entonces, inició una investigación penal preparatoria. El padre de una de las víctimas del actual caso se acercó a hablar, pero ninguna joven abusada decidió instar la acción penal en contra de Castro. Todas eran mayores de edad al momento de los presuntos ataques. Así, la causa se archivó. La violación en mayores, hasta hoy, es un delito de instancia privada en la Argentina. Luego, la joven se presentó en la UFEM, lo que le dio una nueva fuerza al caso.
Vélez y River no fueron las únicas instituciones en las que trabajó Castro, al menos según sus registros previsionales que muestran su historial de empleadores. Su domicilio fiscal corresponde a una escuela de natación en Grand Bourg. A fines de los 90s trabajó para un colegio que depende del Obispado de Morón. Desde esa misma época que también figura en estos registros como empleado de otro colegio, un primario católico de Los Polvorines.