Alberto Fernández intenta relanzar su gestión luego del acuerdo con el FMI ignorando las críticas del kirchnerismo
El presidente Alberto Fernández hace mucho tiempo que no concede conferencias de prensa en Casa Rosada, sólo habla su vocera Gabriela Cerruti una vez por semana. Sin embargo el mandatario da declaraciones a medios cercanos a su administración, o directamente, como hizo en las últimas horas, a la Televisión Pública.
En ese contexto, en el marco de su «guerra» contra la inflación y enfrentando la grave crisis interna en el Frente de Todos, salió a hablar en una entrevista donde la idea era relanzar su gestión luego del acuerdo sellado con el Fondo Monetario Internacional, el mismo que terminó de romper su relación con la vicepresidenta Cristina Kirchner y su hijo Máximo. Con críticas a la administración anterior se hizo un espacio para cuestionar los dichos de su antecesor sobre privatizar Aerolíneas Argentinas.
Fernández afirmó que mientras él sea jefe de Estado hará «todo lo posible para el crecimiento de Aerolíneas Argentinas» como empresa pública, y argumentó que «las líneas privadas van a los lugares turísticos rentables pero no a otros puntos» del país.
Aerolíneas «cuesta, habrá que mejorar su eficiencia», reconoció Fernández, pero advirtió que «, Alitalia, Lufthansa, cayeron por la pandemia» y la empresa argentina de bandera se mantuvo en funcionamiento.
Sobre las diatribas que generó la suba las retenciones a las exportaciones en el sector agropecuario, señaló que «hay un sector del campo que tiene una posición política-partidaria y lo digo con total crudeza y firmeza», y agregó que esa medida «no le cambia la vida al campo».
Al ser consultado sobre el intento fallido de expropiar Vicentin, aclaró que la «causa» que lo «frenó» cuando el Estado intentó intervenir la empresa en el 2020 con el fin de que «se preservaran los puestos de trabajo», no fue «la reacción corporativa del campo» sino «todo lo que tenía que poner para salvar a los accionistas». Manifestó: «hice los números y el Estado no está para salvar accionistas».
En referencia al imparable aumento de precios, el jefe de Estado indicó que «hay diablos que hacen subir los precios y que hacerlos entrar en razón», y apuntó que en los «los últimos años» se ha generado «una fuerte concentración en el sector alimentario», a la vez que planteó que si los formadores de precios no acceden a moderarse o retrotraer los valores hay «instrumentos» que podrían aplicarse. Entre ellos mencionó «la ley de abastecimiento, la ley antimonopolios y la ley de competencia». Habló de “una inflación autoconstruida que tiene mucho que ver el modo en que se concentra la producción de alimentos; hay que llamarlos a la reflexión para que ellos entiendan que el hecho de que tengan una especie de oligopolio no los autoriza a subir los precios”.
En esa línea, Fernández señaló que el incremento de precios en alimentos responde «al modo en que se concentra la producción» e insistió en «llamar a la reflexión» al sector para que «entiendan que el hecho de que tengan una especie de oligopolio no los autoriza a subir los precios», y advirtió que desde el Gobierno, con la Secretaría de Comercio que conduce Roberto Feletti, van «a seguir trabajando en medidas» y que además buscarán «otras», con el fin de «recuperar un diálogo quebrado».
El titular del Ejecutivo ratificó que acordaron con el FMI «que las tarifas no pueden aumentar más del 80% del coeficiente de variación salarial, y para los que tienen tarifa social no más de 40%» y llamó «mentirosos» aquellos que dicen que se podría haber realizado una negociación más ventajosa para el país. Lo hizo en clara alusión al sector del kirchnerismo que le plantea la mala praxis de su ministro de Economía, Martín Guzmán, a quien dijo que va a sostener al igual que al resto de su Gabinete.
Asimismo el Presidente subrayó que el acuerdo de «inusual» al destacar que no implica «condicionamientos» ni exigencia de «reformas estructurales» de parte de ese organismo. «Nos sacamos una soga del cuello con el problema del Fondo», reflexionó Fernández, porque según analizó quedaba «absolutamente limitado proyectar hacia el futuro y empezar el camino» que ideó el Gobierno, para considerar que «es un acuerdo inusual». Y manifestó que «hubo gente que legítimamente pensó que podíamos hacer un mejor acuerdo» pero rechazó que a su administración le haya faltado firmeza, hasta contó que amenazó con la posibilidad de un default a la propia Kristalina Georgieva, cuando casi limita que el organismo debite vencimientos debido a que eso iba a obligar a la Argentina a aceptar exigencias que él no iba a aceptar.
«Es la primera vez que se firma un acuerdo donde no hay condicionamientos, donde no hay restricciones al sistema jubilatorio, no hay pedidos de modificación del sistema laboral, no hay pedidos de reformas estructurales del Estado», aseveró el primer mandatario y aseguró que «eso fue consecuencia de que nos pusimos firmes. Por lo tanto, eso es una falsedad». El debate con el FMI fue «dialogado permanentemente» en el FdT, aseguró y confesó que «es una decisión que no deja conforme a todos, pero reiteró que la Presidencia no es un lugar colegiado».
En su alocución Alberto Fernández dijo que «los argentinos me votaron para que decida y el tema está terminado», y apuntó: «no hice nada heroico, hice lo que tenía que hacer como negociador. A mí me votaron para gobernar».
El en marco de la peleas intestinas en la coalición gobernante, el principal funcionario de la Casa de Gobierno afirmó que «no hará nada para que el Frente de Todos se quiebre, sino para que sigamos trabajando todos juntos», y negó que las diferencias que existen dentro del oficialismo impacten en la gestión sino que «lo que derrama es la cantidad de cosas que escriben los medios», a la vez que se quejó: «si hablo con Cristina es porque hablo, si no hablo es porque no hablo, es un tema que nosotros sabemos resolver», indicó con respecto a lo que se dice en los medios y en la opinión pública.
«Qué queremos hacer del futuro de la Argentina no es discusión en el Frente. Todos sabemos que tenemos programa con el Fondo, por responsabilidad del expresidente Mauricio Macri, que hizo algo escandaloso. No tenemos ninguna diferencia en ese punto. Respeto las posiciones pero tengo que resolver», y consignó que «la unidad es condición necesaria para hacer frente a una derecha que existe, lo que reclama el neoliberalismo en el mundo», y «nadie en el Frente quiere volver a eso».
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento nacional argentino para FM Concierto 105.5