Este fin de semana ya se registran múltiples cortes. Algunas sospechas apuntan a que ciertas distribuidoras o intermediarios están requiriendo más gas del que consume la demanda prioritaria (los residenciales) para revender más caro luego a las empresas locales.
Según estimaron fuentes oficiales, para sostener la demanda de energía se necesita importar un 15% más del total requerido para abastecer al sistema nacional. En términos de consumo eléctrico, serían unos 1.500 gigawatt hora adicionales solo en julio, el mes invernal de mayor consumo. Para toda la temporada fría, que empieza en una semana, se necesitará el triple, unos 4.500 GWh.
Las consultoras privadas estiman que para que no haya cortes masivos en invierno se deberían desembolsar unos u$s4.000 millones en los próximos días. Por ahora arribaron ocho barcos de GNL, pero serían necesarios entre 50 y 70 más, ya que hoy las dos terceras partes de la electricidad consumida se genera con gas o combustibles (gasoil o fueloil).
Además de las dificultades logísticas y de almacenamiento, la inquietud pasa ahora por asegurarse el cargamento lo antes posible ante la escasez de oferta de embarcaciones y los precios elevados, en un mercado internacional convulsionado por la guerra rusa.
El Gobierno tampoco esconde su preocupación ante esta emergencia y ya habla de “una situación crítica en el mundo” para justificar la crisis. La semana que viene se conocerán detalles de las licitaciones de buques gasificadores de IEASA para mayo y junio.
Según la Secretaría de Energía, gracias al plan Gas.Ar la producción de gas total creció un 10% en marzo, con respecto al mismo mes del año pasado, llegando a 125 millones de metros cúbicos diarios, de los cuales 69 millones provienen del no convencional de Vaca Muerta. Bolivia se comprometió a inyectar hasta 14 millones. Pero a simple vista no parece suficiente.
En otoño las industrias están consumiendo unos 32 MMm3/d. Para el invierno, si la actividad no se resiente, la demanda industrial se ubicaría en torno a los 28-30 MMm3/d. El año pasado, en la época preinvernal, se consumió casi 18% más de gas, unos 39 MMm3/d, y en pleno invierno hubo días de cortes, con un faltante para las industrias de 7 MMm3/d, un 25% de la demanda total del sector.
El panorama con la electricidad no es distinto. Los últimos datos de Fundelec revelan que el alza del consumo de energía eléctrica se detuvo en marzo, tras 11 meses seguidos de crecimiento. Con temperaturas inferiores en comparación con el año anterior, marzo presentó un descenso de la demanda de energía eléctrica de -1,5% y alcanzó los 10.884,5 GWh (gigawatt hora).
Para julio próximo se espera un 15% más de consumo. El julio del 2021 fue el tercero más importante de la historia al llegar a 12.407,8 GWh, marca sólo superada por las de julio de 2018 (12.603,9 GWh) y enero de 2017 (12.442,3 GWh).
Por este motivo, los grandes industriales, principalmente los de consumo intensivo, elaboraron planes para reducir al mínimo la actividad, con vacaciones anticipadas y paradas de planta, pero no solo para ahorrar gas, sino también electricidad.
Los más perjudicados son las industrias pesadas que no pueden reemplazar al gas, como las cementeras, mineras, siderúrgicas y petroquímicos, y la agroindustria, a plena marcha con el fin de la cosecha. Las industrias medianas no son ajenas y también podrían verse afectadas en breve.
Según el último reporte de la Unión Industrial Argentina (UIA), la industria creció 10,8% en febrero pasado, mostrando una incipiente recuperación, con 9 de los 12 sectores analizados con variaciones positivas respecto al mismo mes de 2021, una tendencia que podría revertirse en el corto plazo.
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Los tres sectores industriales que no crecieron fueron el de metales básicos, que se contrajo por segundo mes consecutivo (-1,2%), debido a la menor producción de acero por paradas programadas; la refinación de petróleo, que registró una caída de 6,1%; y el sector de electrónicos, que continuó con la misma dinámica de los últimos meses y bajó 11,4% en un solo mes.
En este marco, trascendió que funcionarios nacionales lanzaron rondas de consultas a las industrias para saber cuánto gas necesitarían en invierno para sostener el actual nivel de actividad de postpandemia y cuánto para operar al límite. Al igual que el frío, la crisis por la provisión de gas ya empieza a palpar. /Ambito
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