Los ministros de educación de todo el país acordaron el regreso a clases con presencialidad
Los ministros de Educación de toda la Argentina acordaron priorizar el regreso a las clases presenciales a pocos días de que dé inicio el ciclo lectivo. Fue en una sesión en la Residencia de Olivos, de la cual participó el presidente, Alberto Fernández.
El Consejo Federal aprobó dos resoluciones, primero la actualización de los indicadores sanitarios que definen la posibilidad de apertura de los establecimientos escolares y segundo la organización del comienzo de las clases. será bajo una modalidad combinada en casi todo el país durante el primer trimestre.
En dichas definiciones conjuntas se destaca que “el principio general será priorizar la apertura de las escuelas y la reanudación de clases presenciales en todo el país bajo condiciones de seguridad sanitaria y cuidado de la salud de la comunidad educativas. Se priorizará el sostenimiento de actividades educativas presenciales en todos los niveles y modalidades de la educación obligatoria por sobre otras actividades”.
El orden de inicio se da con la Ciudad de Buenos Aires y Jujuy comenzando el próximo miércoles 17 de febrero. después la mayoría de las jurisdicciones iniciarán el ciclo lectivo el lunes 1 de marzo.
El Ministro de Educación de la Nación expresó que es una jornada muy importante porque estamos finalizando el proceso de un regreso a una presencialidad cuidada. Avanzamos en los protocolos para una presencialidad responsable y en resoluciones que clarifican la necesidad de un diálogo con las familias para que toda la comunidad tenga claro cómo van a ser los procesos”.
Los gobernadores dejarán de monitorear los contagios de cada provincia, y las autoridades sanitarias de los distritos seguirán la evolución de la pandemia en cada departamento o municipio, además de cada zona rural y pueblos. La idea es reducir al máximo la zona geográfica para que, en caso de dispararse los contagios en las grandes ciudades, no repercuta en todo el territorio. El control seguirá tres indicadores y si alguno de los requisitos no se cumple, no será impedimento para mantener las escuelas abiertas:
Los indicadores son:
1. El sistema de salud debe contar con capacidad suficiente y adecuada para dar respuesta a la demanda sanitaria.
2. El aglomerado urbano, departamento o partido no debe estar definido por la autoridad sanitaria nacional como aquellos que poseen “transmisión comunitaria sostenida” del virus SARS-CoV-2.
3. La razón de casos confirmados, definida como el cociente entre el total de casos confirmados de las últimas dos semanas y el total de casos confirmados correspondientes a las semanas previas, deberá ser inferior a 0,8. Si el indicador se encuentra entre 0,8 y 1,2, se considera una evolución estable. Si es mayor a 1,2, se considera evolución en aumento y si es menor a 0,8, se considera en descenso. No será necesario cumplir este requisito si, por la escasa o nula cantidad de casos, no puede realizarse el cálculo.
A partir de esos tres indicadores, se apunta a que todas las provincias sostengan las escuelas abiertas pese a que el avance de los contagios los lleve a tomar medidas restrictivas en algún situación en particular. “Priorizar la educación sobre otras actividades” después de un año signado por la falta de presencialidad es lo que remarcaron los funcionarios, teniendo en cuenta que el cierre de ciclo pasará a ser una decisión límite.
Las provincias que se vean obligadas a retroceder a una fase de aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) deberán interrumpir la concurrencia de los chicos a clases, pero las escuelas van a seguir abiertas para que tanto directivos como docentes puedan ir. Únicamente si se regresara a una cuarentena estricta como la que se decretó el 19 de marzo, la Nación podría intervenir en los cierres, haciendo que las provincias releguen su autonomía.
También quedó también establecida el orden de vacunación de los docentes. Quedaron conformados cinco grupos:
Grupo 1: docentes frente a alumnos y alumnas de nivel inicial y maternal; primer ciclo de primaria (1°, 2° y 3° grado) y educación especial.
Grupo 2: personal de dirección y gestión; supervisión e inspección; apoyo a la enseñanza; todo otro personal sin designación docente pero que trabaja en establecimientos educativos de la educación obligatoria en distintas áreas y servicios (maestranza, administración, servicios técnicos, servicios generales, y equivalentes).
Grupo 3: docentes frente a alumnos y alumnas de segundo ciclo de primara (de 4° a 6°/7°).
Grupo 4: docentes frente a alumnos y alumnas de secundaria y adultos.
Grupo 5: docentes y no docentes de institutos de educación superior y universidades.
En la reunión del Consejo Federal, los diferentes ministros acordaron la reanudación de clases bajo una modalidad combinada, que alternará algunos días de presencia en las aulas con otros de clases a distancia como los que caracterizaron el ciclo lectivo del año pasado.
Los casos de retorno en un 100% presencial serán contadas excepciones. Solo los departamentos, municipios o pueblos en los que la pandemia no golpee o las escuelas que, por sus dimensiones, permitan que todos los alumnos concurran a la vez.
La alternancia la definirá cada provincia, no con un número máximo de alumnos por aula, sino de acuerdo a las dimensiones de los salones y a la posibilidad de garantizar el metro y medio de distancia entre cada pupitre.
Esa alternancia podrá ser por turno, 50 por ciento en el turno mañana y el otro 50 a la tarde, por días o por semana completa. Será regla general que ese esquema de días y horarios se mantenga para cada grupo, al menos hasta el cierre del primer trimestre o cuatrimestre.
Se supo que los espacios de clases no se limitarán a las aulas sino que además se usen otros lugares dentro de la escuela que a su vez permitan el distanciamiento y la ventilación necesarios. Podrán ser las bibliotecas, comedores, talleres, y lugares abiertos como los patios o semicubiertos si el tiempo acompaña, etc. Se podría llegar a utilizar clubes, centros culturales o polideportivos que se encuentren a poca distancia de los establecimientos escolares.
Como la fragmentación de los grados generará cierta sobrecarga en los docentes, la recomendación es que los maestros focalicen su tiempo y atención en las actividades presenciales y reduzcan su intervención en las clases a distancia. En el tiempo presencial se va a buscar que los estudiantes recuperen los contenidos que no pudieron impartirse en forma remota en el 2020.
La no presencialidad estará dirigida a que los jóvenes pongan en práctica aquello que aprendieron, que revisen contenidos, guías y libros a través de las plataformas con las que se estuvo trabajando. Se darán tareas y actividades que el chico pueda resolver en forma autónoma o con la ayuda de sus padres. No se les va a exigir a los docentes que den clases sincrónicas vía Zoom o Meett.
Quedó claro que las clases presenciales volverán a ser obligatorias. Solo los alumnos y docentes que formen parte de los grupos de riesgo van a quedar exceptuados de la asistencia. Los niñas y niños que presenten una comorbilidad vinculada al Covid-19 deberán presentar un certificado médico o tendrán que acreditar que viven con un familiar que integra un grupo de riesgo con la documentación pertinente. Los maestros seguirán trabajando desde sus hogares. Ellos va a ser los que asistirán principalmente a los alumnos con modalidad dual.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado en Casa Rosada para FM Concierto 105.5