Policiales

Los ´´Tours de compras a Bolivia´´ son una vía de ingreso de droga a nuestro país

Ya la denominación de tours de compras suena cómplice cuando lo que hacen los micros que cruzan la frontera con Bolivia y vuelven cargados de mercadería para revender se llama contrabando y está penado por la ley, pero como si eso fuera poco, desde hace ya tiempo las bodegas de los ómnibus de larga distancia se cargaron con toda clase de drogas.

Eso es lo que demuestran los últimos tres casos ocurridos en menos de 45 días que, al ser investigados, revelaron nuevos detalles que prueban la permeabilidad de la frontera con Bolivia y la red de corrupción que se enquistó en las rutas del NOA habilitando el tráfico ilegal a cambio de jugosas coimas.

Cecilia Díaz con 21 años y sin antecedentes penales, vive con su madre y sus hermanos en la zona sur de la capital tucumana. Es a veces empleada doméstica, en otras niñera, para contribuir a la economía del hogar.

Ella aceptó realizar una tarea que parecía sencilla y desde el sábado está detrás las rejas, acusada de transportar siete kilos y medio de cocaína.

“Ella no tiene nada que ver. Fue engañada por la mujer que la contrató. Por el momento no declaró, pero cuando tengamos la información precisa de lo que está en el expediente, contará todo lo que sabe”, argumentó su defensora, Mariana Santillán.

La parte de lahistoria, que calló la abogada, es que la mujer cuidaba a un niño y la persona que la convirtió en «mula» le ofreció una especie de “changuita”.

Tenía que viajar a Orán, cruzar la frontera y buscar a una persona en la ciudad boliviana de Bermejo que le entregó la mercadería que debía ingresar al país con la ayuda de “pasadores”.

Después volvía a pasar por la ciudad salteña y recién de vuelta a Tucumán, siempre en el mismo micro.

Ella aceptó sin dudar cuando le dijeron que el pago ascendía a $ 200.000. Salió el jueves y regresó el sábado a la madrugada.

En la vuelta, Díaz atendió algunos llamados de su jefa a quien le reportaba los pormenores del viaje, hasta que en Salta fueron detenidos en un control de Gendarmería Nacional. Los efectivos, siempre según esa versión, hicieron descender a los pasajeros con toda la mercadería que trasladaban.

Al sospechar que trasladaban drogas, habrían incrementado el valor de la coima de $ 30.000 a $60.000 para dejarlos avanzar, ue se pagó mediante una colecta podría haber sido realizada por el coordinador, la persona que organiza a los participantes de la excursión, algo que la abogada, previsiblemente, niega que haya sucedido.

La mujer  bajó del ómnibus cuando este se detuvo en la parte trasera de la ex Terminal, donde la esperaba Ángel Gabriel Vega (22) para llevarla hasta su casa, ubicada en el barrio 24 de Septiembre, al sur de la ciudad.

Cargaron los bultos en una Peugeot Partner roja y se dirigieron al destino, pero al llegar a la esquina de avenida Papa Francisco y Pedro Miguel Aráoz, fueron interceptados por policías de la Patrulla Motorizada.

Según el informe oficial, los ocupantes del vehículo se pusieron nerviosos, por lo que decidieron registrarlo, encontrando bultos en los que había anafes (pequeñas cocinas con dos hornallas) en cuyo interior estaban escondidos los siete kilos y medio de cocaína por los que fueron detenidos.

“Ella no tiene nada que ver. Fue engañada y nunca se interesó por saber qué había en el interior de esos elementos. Es una de las tantas tucumanas que aceptan realizar estos encargos a cambio de una suma de dinero que les permita afrontar la crisis social y económica que tanto daño está generando”, afirmó la abogada Santillán.

En el mundo las casualidades no existen. La cifra de secuestros de droga transportada en tours de compras casi se triplicó con respecto del  año pasado.

En lo que va de 2024, se registraron 14 secuestros, contra apenas cinco que se concretaron en 2023.

En estos 10 meses, según Gendarmería Nacional y la Policía de Tucumán, se decomisaron 145 kilos de cocaína y 61 de marihuana, en tanto que el año pasado, según los registros de la fuerza federal, fueron 34 kilos de cocaína.

Los investigadores hallaron  denominadores comunes, por ejemplo que todas las excursiones que trasladaban estupefacientes partieron con la droga de Orán.

Los destinos de la sustancia, siempre, fueron Buenos Aires (7), Tucumán (6), Mendoza (3), Santiago del Estero (2) y Córdoba y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (1).

Las estadísticas alimentan también las sospechas de la red de contactos de los narcos con los gendarmes destinados en los puestos de control que tiene la fuerza en Salta y Jujuy.

Es que los de verde sólo realizaron uno de los 19 secuestros, mientras que los 18 restantes se hicieron en Santiago del Estero (9), Tucumán (6), La Rioja, Mendoza y Santa Fe (1).

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