“¡Matalo, matalo!”: la pesadilla del empresario que se negó a pagar una coima en una ruta de Córdoba
Era el final de las vacaciones de invierno y el empresario volvía de la provincia de San Luis, hacia el oeste del Gran Buenos Aires, por la ruta nacional 8. A la altura del kilómetro 484 los paró un control de la Policía Caminera de Córdoba, pasando La Carlota. A pesar de que circulaba a una velocidad excesiva en su BMW, nunca imaginó la pesadilla que estaba por empezar junto con su hijo de 19 años.
Daniel Alberto Luján (52), dueño de una empresa de ingeniería ambiental y servicios en Libertad, partido de Merlo, pasó un día y medio detenido en un calabozo. Ahora acusa a dos agentes por «apremios ilegales, privación ilegítima de la libertad por abuso de sus funciones, cohecho y abuso de autoridad».
Todo sucedió a las 15.30 del domingo 28 de julio. Cuando el empresario se detuvo, los policías le solicitaron la documentación y le dijeron que había cometido una infracción por exceso de velocidad.
«Si querés continuar, tenés que dejar 300 mil pesos», fue la advertencia. Según le contó a Clarín, lo hicieron bajar y vieron que debajo de un asiento llevaba dinero. Luján les respondió: «No, labrame la multa». Pero los agentes insistieron y se pusieron violentos. «Hijo de puta, tenés plata, no nos mientas», retomó uno de ellos.
Además, le marcaron que llevaba marihuana, cuando lo que había en un apoya brazos del auto de alta gama era yerba con azúcar. «Ponele los ganchos», fue la orden y el empresario terminó esposado, con la cara contra la tierra de la banquina. Su hijo se desesperó: «¿Por qué le pegan a mi viejo?», gritó. Entonces uno de los policías sacó un arma y su compañero le dijo: «¡Matalo, matalo!».
«Andate», le pidió Luján a su hijo, que se subió al BMW y manejó hasta una estación de servicio YPF de La Carlota, donde pidió ayuda. A esa altura, su papá ya había sufrido tres simulacros de fusilamiento. «¡Hijo de puta. Te mato, te mato!», le decían mientras gatillaban.
En medio del traslado en una camioneta policial hasta la comisaría de La Carlota, agregaban: «Acá mandamos nosotros, esto es Córdoba, te van a matar». Y también le advertían que lo mismo iba a pasar con su hijo.
Según contó Nicolás, cuando relató lo ocurrió en la estación de servicio y señaló que los policías eran «uno medio pelado y otro más», le respondieron: «Ah, con esos dos siempre hay problemas, se lo pasan haciendo cagadas en la ruta».
El joven se entregó y recién pudo salir de la celda a las doce de la noche, cuando llegó su mamá y revolucionó la seccional. El empresario estuvo preso hasta la tarde del día siguiente. «Los otros policías me trataron excelente, no tengo nada para decir, pero los dos que me detuvieron fueron unos salvajes», sostuvo.
Uno de los denunciados es Patricio Daniel Guevara (41), al que Nicolás filmó con su celular. Del otro solo saben su nombre de pila, Francisco.
Luján, a través de su abogado, Diego Villanueva, hizo la denuncia, que quedó radicada en el Juzgado de Instrucción y Familia de La Carlota.
Clarín consultó a la Policía de Córdoba sobre la situación de los acusados y si siguen cumpliendo las mismas funciones, pero no recibió respuesta.