Policiales

Una policía federal acusó a sus colegas por abuso y el jefe le respondió que la justicia divina se encargaría

Una joven agente de la Policía Federal Argentina, que revista en la localidad salteña de Salvador Mazza, denunció en la Justicia a cuatro de sus compañeros policías por el ultraje al que la sometió un efectivo de la fuerza en un hostal de la provincia de San Luis, adonde habían sido enviados en misión de trabajo.

Cuatro personas fueron testigos de una violación en tentativa que se detuvo por la férrea resistencia de la agente y los gritos desesperados que pusieron en fuga a parte de sus compañeros.

El abuso sexual sufrido por la agente R.A.C., de 26 años, fue relatado ni bien pisaron suelo de Salvador Mazza a su jefe directo. El mismo le dijo que «ella ya los había perdonado y que la justicia divina se encargaría».

Esta denuncia interna que realizó la agente fue conocida de inmediato por las personas que participaron del abuso, consintiendo al cabo abusador y no interviniendo para que no se consumara.

A partir de allí la agente comenzó a ser perseguida y sancionada con todo tipo de medidas disciplinarias, dice el texto de su denuncia.

Además, denunció amenazas de todo tipo por haber hecho público el suceso. Pero no solo eso, sino que fue relegada en los ascensos y perseguida laboralmente.
La joven no pudo soportar más tiempo la presión y finalmente decidió denunciar lo ocurrido la noche del 13 de junio de 2019, en un hostal de la provincia de San Luis.

La noticia se difundió mediante un texto con la ampliación de lo denunciado, confirmando lo que reza en la denuncia radicada el 7 de mayo de 2020, luego de soportar durante varios meses una verdadera tortura laboral, donde el jefe directo de la agente tampoco tomó cartas en el asunto, tal lo describe el texto de la denunciante.

La agente R.A.C. amplió su queja y dejó aclarado que luego del abuso sexual sufrido de manos de su propio compañero (un cabo), «una de las policías presentes en la habitación del hostal donde se produjo el mismo le pidió que me quede callada».

Como la denunciante ya había expuesto lo sucedido a la jefatura sin respuesta, asegura -en el escrito- que comienza sobre ella una serie de persecuciones, amenazas y días de arrestos por cualquier motivo, cosa que no había sucedido jamás en los cinco años anteriores.

La joven agente apuntó contra la jefatura porque no le dio respuestas. Y, tras ello, aseguró que le informaron que no la dejarían ascender a cabo, y que para que así ocurriera debía perdonar a los cómplices y a la persona que abusó sexualmente de ella.

En su ampliación dice la policía que internamente hicieron filtrar las intimidades que relató a sus superiores, «algo tan íntimo y tan doloroso para mi persona», deja aclarado en la queja penal.

La mujer policía intenta traducir o transmitir todo su dolor con esta frase: «es lamentable saber que lo que tanto me costó hablar, en minutos se haga de público conocimiento».

Denunció además que a los imputados que estaban en disponibilidad, el jefe los tenía en la base hablando sobre la denuncia y manejando los móviles de la institución y participando de los secuestros.

La mujer asegura en su ampliación que se reintegró a trabajar y se encontró con el mismo jefe que recibió su denuncia primigenia.

Dice la mujer que dos veces denunció que fue abusada durante el viaje en comisión de trabajo y que lamentablemente nadie hizo nada. Solo obtuvo como respuesta la frase «ya los perdonaste, dejá que la justicia divina se encargue»
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