Los dichos de Cerruti sobre las piedras de fallecidos por el Covid eclipsaron a Alberto y Cristina
A medida que transcurría la mañana de este jueves, lo que se sabía en Casa Rosada era que pasadas las 8:30 (hora local), el presidente Alberto Fernández y su amplia comitiva, iban a aterrizar en París para que el jefe de Estado comenzara actividades ligadas al Foro por la Paz que convocó Emmanuel Macron.
Por su parte, a las 8 de la mañana la vicepresidenta Cristina Kirchner anunciaba a través de su cuenta de Twitter que avanzará con la recusación a la jueza María Eugenia Capuchetti, quien entiende en la causa por el intento de magnicidio que la ex mandataria sufrió en la puerta de su domicilio en el barrio de Recoleta el pasado 1 de septiembre.
El aviso fue acompañado con un vídeo que explica los motivos de la iniciativa judicial por entender que la letrada no está llevando la investigación como corresponde. En el material, la Senadora, a través de la voz en off de una periodista muy allegada a su entorno, Julia Mengolini, implicó en el caso al diputado de JxC, Gerardo Milman, quien fue segundo de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad en la gestión de Mauricio Macri.
La hipótesis que tiene la jefa política del Frente de Todos, es que el intento de magnicidio no es una confabulación de marginales, sino que detrás del fallido atentado hay una conspiración política que tiene como protagonistas a dirigentes de la oposición. «Me quieren de acusada, no de víctima», sostuvo CFK.
Lo que pasó en el comienzo de la jornada, es que en redes sociales empezó a circular un material de Instagram que la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, subió el miércoles, antes de partir hacia Europa.
Allí se la ve haciendo de guía a la ministra de Género española, Irene Montero, en una recorrida por Casa Rosada. Ubicada junto a la ibérica y a la titular local de la cartera de Mujeres, Género y Diversidad, Ayelén Mazzina -en uno de los históricos balcones de la sede del Ejecutivo- la Portavoz señaló hacia la Plaza de Mayo y primero se enfocó en la fuente emblema del 17 de octubre, donde los trabajadores metieron «las patas» reclamando la liberación del General Juan Perón.
En esa misma secuencia, Cerruti dijo apuntando con el dedo: «ahí lo que tenemos son, después del Covid, la derecha ha puesto sus piedras recordando a los muertos». Esto en referencia al recordatorio que familiares y amigos de personas fallecidas por el Coronavirus dejaron alrededor del monumento a Manuel Belgrano, que imita a la tradición judía, que implica poner el nombre del ser querido en una roca y ofrendarlo en algún lugar a modo de homenaje, incluyendo, en este caso, algunas fotos e imágenes, que en un acto oficialista fueron vandalizadas. Piedras que fueron colocadas luego de que las primeras que se instalaron ahí, fueran retiradas e ingresadas a Casa de Gobierno por orden de Presidencia, allá por octubre de 2021.
Bastó esa sola frase y su viralización para que se produjera un repudio generalizado que eclipsó todo lo referente a la agenda internacional que su jefe inició por ocho días en Francia escapando de los graves conflictos que azotan a los argentinos, y que empezó con una bilateral junto a su par galo. Lo mismo ocurrió con la publicación de Cristina, que de todos modos se mantuvo en la agenda mediática, mucho más que lo que hacía en el viejo continente su fallido delfín, pero siempre detrás del trending topic que suscitó el material audiovisual de Cerruti.
Los medios digitales escritos, igual que la TV y la Radio, se dedicaron a comunicar y a replicar los mensajes críticos de parte de dirigentes de la oposición, así como también de madres, padres, hijos, etc, de los que perdieron la vida debido a la pandemia, que en nuestro país superó las 130 mil muertes.
El celular de Gabriela Cerruti se mantuvo al rojo vivo todo el tiempo, pese a las cinco horas de diferencia, aunque la ex diputada decidió no responder al centenar de periodistas y productores que buscaban una respuesta suya. Lo único que si pasó, es que la vocera bajó la «historia» de la red social donde sube material permanentemente.
Los pocos funcionarios que asistieron a Balcarce 50 evitaron opinar, sea en off o en on, sobre lo acontecido, pero eso si, no dejaron de mostrar su disgusto con quien además es la Secretaria de Comunicación y Prensa de Presidencia de la Nación luego de la mudanza de Juan Ross a la Secretaria de Medios Públicos.
Es que el abogado que se encarga de la Pauta oficial se sentó en el sillón del expulsado Juan Pablo Biondi, su amigo, sólo para ocupar el lugar hasta que el Presidente decidiera un reemplazo, que llegó de la mano de quien promovió, quizás sin esperarlo, este presente de tanta conflictividad. Nos referimos a la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, que recomendó a Cerruti para cumplir la tarea.
En procura de opiniones del ala kirchnerista, al menos uno de los referentes del camporismo se animó a hablar a micrófono cerrado. Sin darle vueltas al asunto -y en estricto anonimato- el dirigente que responde a Máximo Kirchner expresó: «Gabriela es Alberto, qué más querés que te diga».
Más allá de los pedidos de renuncia que se hicieron desde distintos ámbitos, vale decir que los que sostienen a la portavoz son quienes integran la mesa chica del presidente Fernández, y en particular el propio titular del Ejecutivo, quien considera que ella es la única persona que defiende su administración como nadie.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y en el Parlamento nacional argentino.