Política

UPCN, FRAUDE Y VIOLENCIA EN TUCUMÁN.

Una elección que se llevó puesta a la Justicia y al Sistema Democrático.

Días previos al retorno de la democracia en nuestro país, el 30 de Octubre de 1983, Raúl Alfonsín fue elegido presidente tras siete años y meses de dictadura militar. En múltiples sentidos, aquella jornada marcó un antes y un después para la historia argentina y su sistema político.

«(En el año y medio previo a las elecciones) la sociedad argentina no sólo revivió y se expresó con amplitud sino que se ilusionó con las posibilidades de la recuperación democrática», dice el historiador José Luis Romero en su libro «Breve historia de la Argentina».

Comenzamos a creer en un sistema de equidad y que nos llevaría por un sendero de unidad donde podrían crecer distintos pensamientos políticos y sociales donde cada sector pueda ser representado en su totalidad. Entendemos desde pequeños en el ciclo inicial donde a todo niño se le enseña que la democracia es una forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por el pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de decisiones políticas.

Este sistema democrático tiene que ser expresado en distintas áreas donde se pueda ejercer, un claro ejemplo es una sociedad de fomento donde un grupo de personas eligen autoridades las cuales por determinado tiempo pueden llevar adelante la dirigencia de dicho organismo.
De igual modo también sucede en distintas áreas que van desde una cooperativa hasta una Ong.

Este planteo de una sociedad organizada deja de suceder en los gremios donde el dirigente olvida los principios básicos de una democracia donde el mecanismo fundamental de participación de la ciudadanía es el sufragio universal, libre y secreto, (en este caso los afiliados son los votantes) los cuales eligen a los representantes para un período determinado. Cosa que no sucede en este caso, los afiliados terminan siendo rehenes de una dictadura donde no permite la renovación de las autoridades de dicho gremio.

Lamentablemente esto se vio el 2 de Junio en la provincia de Tucumán en el seno de UPCN que es el gremio del Personal Civil de la Nación, donde hubo urnas rotas o directamente no se labraron actas, también se pusieron en evidencia grupos de tareas con patoteros que amenazaron y golpearon a afiliados que no respondían a Lucinda Espeche, otros seguidores de la representante de los trabajadores mostrando una profunda devoción hacia la Secretario General se llevaron las urnas cuando no era favorable la elección a Lucinda.  No se dejó que los candidatos opositores sean veedores dentro del comicio “democrático”.

Otros detalles también fueron evidenciados donde los apretadores fueron los propios intendentes al igual que delegados comunales hacia los propios empleados.

Todas las irregularidades que se puedan imaginar se desarrollaron en un día donde el afiliado tenía la ilusión de tener una elección libre.
Este tipo de comportamiento social es lamentable, lo que ocurrió marca el tipo de formación ideológica que muestra su primer representante para llevar adelante este tipo de acciones donde echa por tierra los principios básicos de una sociedad justa y democrática mostrando lo más bajo que una persona pueda pergeñar dentro de un “gremio” que busca equidad para los afiliados.
En redes sociales se estaba pidiendo una desafiliación masiva de dicho gremio donde se hacía sentir el gran descontento por parte de los afiliados hacia la actual dirigencia.

Consultado al candidato de la lista opositora Carlos Costilla, contestó que ya estaban hechas las presentaciones ante la justicia.

Que puede esperar el afiliado cuando sienta avasallados sus derechos, queda a la buena de dios y las decisiones que pueda tomar su empleador y su representante gremialista. Es por eso que desde muchos de los afiliados a este gremio están tan enojados que es muy posible que haya una desafiliación en masa porque quien puede sentirse representado por alguien que negocia su permanencia en el gremio con un intendente o delegado comunal. Donde van a ir a parar los derechos que durante tanto tiempo fueron buscados en el mar de la injusticia.

Todo esto produjo un profundo dolor dentro de la sociedad que percibe esto como un gran mamarracho y el resultado de un fracaso que en lugar de defender al trabajador es siendo entregado como materia prima para las votaciones, sesgando su naturaleza de ciudadano libre y con derechos, los cuales son pisoteados en cada “arreglo” con el gobernante de turno.

sentencia fiscales aceptados UPCN
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