Atraparon en Aguilares a un rumano experto en volar cajeros automáticos para desvalijarlos: participó en impactantes robos en España y se ocultaba con familiares en Tucumán
Un ciudadano rumano fue detenido ayer en el centro de la ciudad de Aguilares durante un control realizado por personal de la Subdelegación Concepción de la Policía Federal (PFA).
Anoche, el departamento Interpol de la PFA lo capturó en la ciudad tucumana de Aguilares. Alecu no hacía turismo: había venido a la Argentina para escapar. Entró al país de manera legal, confirman fuentes del caso a Infobae. Entró a la Argentina en enero, por Ezeiza y de forma legal. Luego, a principios de este mes, la Justicia española ordenó una circular roja sobre su cabeza.
Así, fueron por él, en un operativo bajo la firma del Juzgado Federal N°2 de Tucumán, que supervisará su extradición.
La PFA, con la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones de Interpol, tenía el dato de que un hombre rumano se movía por el sur de Tucumán, por zonas como Santa Ana y Aguilares. Qué hacía allí es algo que los investigadores todavía desconocen. Había llegado allí hace muy poco tiempo. Se quedaba, precisamente, con miembros de su familia. Su familia fue la pista que permitió encontrarlo. También, la mujer con la que entró al país en enero: era una argentina, supuestamente su pareja. La mujer tenía distintos domicilios en González Catán, un primer rastro.
Después, la novia tenía más familia en Tucumán. La División Unidad Operativa Federal Concepción de Tucumán participó para encontrarlo y esposarlo. Los investigadores le dan el beneficio de la duda a la familia de la novia. “Quizás ni sabían quién era el tipo”, dice un detective de alto rango.
Alecu no es el único supuesto delincuente europeo que vino al país por amor y terminó preso. En abril de 2021, Zvjezdan Begic fue detenido en Núñez, también por el departamento Interpol de la Federal, acusado de integrar la temida organización internacional de ladrones de joyas “Pink Panthers”. El hombre se encontraba prófugo de la Justicia, ya que pesaba sobre él una condena de 15 años de prisión en Francia. También era buscado por un robo en Milán. Vivía en Avenida del Libertador, en un departamento junto a su pareja argentina. Su proceso de extradición estuvo a cargo del juez federal Sebastián Casanello.