“Desde aquella casita”: el fallido porteño de Alberto Fernández
El 9 de Julio venía muy lindo hasta que el presidente pronunció aquel diminutivo que a todo habitante de Tucumán molesta escuchar, esa combinación de palabras que suelen pronunciar con frecuencia turistas que, antes de la pandemia, visitaban la provincia en vacaciones de invierno para conocer el lugar donde la Argentina empezó.
10 de julio de 2020
221 2 minutos de lectura
“Me gustaría poder hablar con mi amigo Juan Manzur, que está allí en Tucumán, para que nos cuente desde aquella CASITA tan grande para la historia de los argentinos, que nos cuente cómo está pasando este día”, pronunció el presidente Alberto Fernández. “CASITA”. Esa palabra tan despreciada por tucumanos de bien, a lo largo y ancho de la provincia, que refiere directamente a la emblemática Casa Histórica, aquel lugar sobre calle Congreso de Tucumán donde se parió a la Argentina hace 204 años. “CASITA”…
La palabra, considerada un error fatal para cualquier habitante de Tucumán, fue pronunciada por el presidente justo antes de presentar al gobernador Juan Manzur, anfitrión de la jornada, que esperaba el pase para referirse a la fecha. Su alocución, como notaron algunos medios como Revolución Popular, dejó al borde de las lágrimas al Primer Mandatario nacional.
Pero volviendo a la desafortunada frase de Alberto Fernández, quien se jacta permanentemente de ser el menos porteño de los porteños, ¿acaso hay alguna explicación para llamar “CASITA” a la Casa Histórica? La historia dice que sí.
La respuesta a la duda de muchos –o quizás no de tantos- nos remonta a comienzos del siglo XX. La Casa Histórica está en un estado deplorable y amenaza con venirse abajo. El presidente Julio A. Roca, por medio de un decreto, ordena demoler la casa completa, dejando en pie sólo la sala de la Jura. En 1903 comenzó la demolición y en septiembre de 1904, presidido por el mismo Roca, fueron inauguradas las nuevas instalaciones.
La remodelación resultante, considerada entonces una obra de arte al estilo europeo, fue denominada “El Templete”. El Salón de la Jura, única habitación original en pie de la cuna de la Independencia, quedó aislado y fue rodeado por imponentes muros y altos ventanales. Una “casita” dentro de cuatro paredes.
Más de 30 años después, en 1941, la Casa de la Independencia fue declarada Monumento Nacional. Comenzó, entonces, a debatirse sobre la posibilidad de reconstruirla. Para ello se formó una Comisión integrada por el Dr. Ricardo Levene y el Arquitecto Mario J. Buschiazzo, de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, el Arquitecto Martín Noel, de la Academia Nacional de la Historia y el Arquitecto Alejandro Figueroa, Director Nacional de Arquitectura. Buschiazzo contaba con las fotografías de Paganelli y los planos y el relevamiento de la casa realizado en 1870 como documentación. Por lo tanto, se comenzó buscando los cimientos de la primitiva casa y se logró.
En menos de 24 horas, es la segunda «afrenta» que padece Tucumán el día en que se convierte en la capital de todos los argentinos. Pasada la medianoche de este jueves, el diario Clarín publicó en sus redes una imagen conmemorativa referida al Día de la Independencia en la que figuraba el Cabildo de Buenos Aires en lugar de la Casa Histórica. Casi 12 horas después, el matutino porteño decidió eliminar la publicación de sus redes sociales y reemplazarla por otra con el edificio que acunó a la Argentina.