La situación que afronta la limonicultura en todos los ámbitos local y global impone a los actores del sector la necesidad de encarar investigaciones y coordinar esfuerzos para tratar de dar con nuevos cultivos que se adapten al sistema productivo tucumano, sacando provecho de la infraestructura con la que cuenta el campo, el proceso de fruta y a la logística, y los conocimientos de mercados desarrollados para la actividad.
Debido a su elevado valor nutricional, al incremento de su demanda mundial, a su gran poder de adaptación y a su rentabilidad, el pecán experimenta un crecimiento sostenido que se hizo notable durante los últimos años en el país, en especial, en la región del NEA, que se convirtió en una zona núcleo productiva.
No obstante, hace una década, el NOA comenzó el desarrollo de la pecanicultura en Tucumán, de la mano de productores con mucho empuje y experiencia en la agricultura. Al día de hoy, este continua a paso firme, con el incremento de la superficie implantada, y mediante el desarrollo y el ajuste de técnicas de manejo que se adecuen a sistema de producción local y al parque de maquinaria existente.
Entre las principales preguntas que se formula el productor a la hora de implantar un lote con pecán se cuentan cuáles cultivares y qué combinación en relación al hábito de floración de estos se adaptan mejor a su región, al sistema productivo y a la unidad de negocio -sea orientado al mercado de fruta con cáscara o al pelado-. Para responder ello es fundamental conocer la fenología y las diferentes características de los cultivares disponibles.