Mientras la sesión que este miércoles pasó a un cuarto intermedio en la Cámara baja, donde se trata la denominada «Ley Ómnibus», se amplifica el rechazo a la designación del ex dirigente kirchnerista y ahora en las filas libertarias, Daniel Scioli, como secretario de Turismo, Ambiente y Deporte.
Las críticas más duras provienen de La Libertad Avanza, la propia fuerza que lidera el presidente Javier Milei, quien durante su campaña pregonó contra la casta política y trilló la frase: «Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre».
«El sapo nos lo estamos comiendo todos», confiesan en Casa Rosada a medida que los militantes de LLA repudian sin empachos ni eufemismos la llegada del ex motonauta a la administración que votaron contra lo que entienden que representa el volátil dirigente al que acusan de «acomodaticio».
Scioli fue diputado menemista y luego siguió su carrera como secretario de Turismo y Deportes entre la breve presidencia de Adolfo Rodríguez Saá y la de Eduardo Duhalde. Más tarde ascendió a vice de Néstor Kirchner y fue gobernador de la provincia de Buenos Aires por la fuerza que iniciaba el santacruceño en la bautizada «década ganada». Más tarde volvió a la Cámara baja integrando el bloque kirchnerista para terminar convertido en el candidato kirchnerista en 2015 avalado por Cristina Fernández desde el Frente para la Victoria, y que fue derrotado por Mauricio Macri.
Más tarde llegó a la embajada argentina en Brasil de la mano de Alberto Fernández, donde posteriormente tuvo un breve paso por el Ministerio de Desarrollo Productivo, que lo llevó a emprender la vuelta a Brasilia, desde donde se sumó, primero como un potencial postulante al sillón de Rivadavia por el denominado «albertismo», que tras bajarlo, lo sumó como asesor económico de Sergio Massa cuando despuntaba como jefe de Hacienda y con el apoyo de CFK y Alberto F., como el presidenciable del nuevo sello del peronismo liderado por el kirchnerismo, nos referimos a Unión por la Patria.
Scioli fue sostenido como embajador en el principal socio de la Argentina en el Mercosur por el mileísmo. Lo que hizo ruido entre libertarios y cristinistas, y a su vez le ganó la desconfianza del mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva. Por eso su ingreso al gabinete libertario fue un secreto a voces hasta que sorpresivamente se concretó este martes pasado.
Los asesores de la cartera de Interior, con oficinas en Balcarce 50, reconocieron que tomaron conciencia del rechazo a la convocatoria que el titular del área, Guillermo Francos, le hizo al ex deportista a través de lo que veían en las redes. Un comentario que sorprendió a los periodistas acreditados en la sede del Poder Ejecutivo Nacional (PEN)
Este medio consultó al vocero presidencial, Manuel Adorni, con respecto a las resistencias que produce el desembarco del hombre que durante décadas formó parte del entorno de los expresidentes Néstor y Cristina Kirchner. El funcionario nos respondió que «efectivamente, Daniel Scioli es una persona de confianza del ministro Francos y en quien él confía para llevar adelante la tarea de Secretario de Turismo. El presidente Milei apoya y confía en que cada uno de los colaboradores que elijan sus ministros sean los mejores para ese lugar», y agregó que el Gobierno es receptivo a las críticas que se le hagan y las respeta.
Así como las diatribas llegaron de parte de funcionarios y dirigentes internos de LLA, hubo diversos referentes de la política en general que salieron con los tapones de punta a cuestionar la decisión de Francos apoyada por el jefe de Estado, entre ellos, el presidente de la Coalición Cívica (CC), Maximiliano Ferraro, inclusive, no faltaron chicanas por parte del diputado del PRO, Nicolás Massot, quien apuntado a Milei expresó que «mientras con una mano nos trata de kirchneristas, con la otra lo nombra a Scioli».
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento de la República Argentina para FM Concierto 105.5
