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Lo que queda del “albertismo” en el FdT opera para obstruir la eliminación de las PASO

Pese a la intensidad que los kirchneristas le están poniendo a la derogación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, el entorno de Alberto Fernández opera desde Casa Rosada, asegurando -en off- que nada va a cambiar, más allá de lo que diga Cristina Kirchner, su hijo Máximo y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, único cristinista con despacho en Balcarce 50. Aunque hay una disimulada preocupación por lo que vaya a decir la Vicepresidente este viernes en Pilar, cuando hable en un acto de la Unión Obrera Metalúrgica, la estrategia es seguir mostrando tranquilidad y gestión, sin caer en dilemas públicos con la otrora socia, que continúa considerando al jefe de Estado y a todo su equipo, como un grupo de ocupas en el palacio gubernamental.

Las usinas comunicacionales del “albertismo” aseguran que la prioridad es mantener la unidad del Frente de Todos, aunque está claro que la lucha de egos y poder se intensifica en la desguazada alianza gobernante a medida que se acerca el año electoral. Fernández entiende que su segunda está debilitada y pretende jugar como candidato natural a la reelección, aunque le bajen el dedo desde el Instituto Patria. El ala camporista analiza el cuadro de situación desde la perspectiva de que lo hecho, hecho está. El Presidente los traicionó y sólo resta esperar que termine su mandato. “Hay que prepararse para una derrota, pero digna”, aseguró un hombre cercano al diputado Kirchner, que no deja de tener esperanza en las peleas endógenas de Juntos por el Cambio, jueguen a favor del oficialismo con terminal en la ex mandataria.

No modificar las reglas electorales, es el discurso que sostendrá el titular del Ejecutivo hasta donde se lo permitan las circunstancias. Hay tiempo hasta el 20 de diciembre para la intentona cristinista de eliminar las PASO. El factor tiempo, creen los albertistas, juega a favor de ellos. En el seno camporista tomaron con sorna la desesperada escapada de Alberto a Brasil para forzar una foto con el candidato, que pese a haber ganado, no las tiene fácil ante un bolsonarismo que se radicaliza cuando todavía falta mucho para que asuma en enero. Por ahora, la gorra con el “CFK 2023”, con la que el líder del PT posó para las cámaras fue otro triunfo del kirchnerismo frente a las aspiraciones de un Presidente que desgastado y todo, disfruta de ser una obstrucción a los ojos de los que le quitaron el apoyo después de la derrota en las primarias del 2021.

Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento nacional argentino.

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