Milei ratificó que Patricia Bullrich «en 1977 puso una bomba de dinamita en el jardín del intendente de San Isidro, e hirió a una niña»: detalles del atentado
“La veo muy desdibujada a Bullrich, me desilusionó. Con mucho dolor lo digo. Parece que cuando se acercó al poder y lo vio cerca volvió a sus viejas prácticas de antaño”, dijo Javier Milei en radio Mitre este sábado.
14/09/76. 8 am . Paraná y Maipu, Olivos. La operación estaba bien planeada; debía ser simple y sin contratiempos. El blanco, un gerente de la textil Sudamtex, que se movilizaba en un Falcon en compañía de su chofer, un policía retirado. Sorpresa, superioridad numérica, concentración de fuego, garantizaban un operativo rápido y limpio. Todo iba a durar pocos segundos. Cerrarle el paso al Falcon, bajarse y disparar sobre el blanco. Recuperar el arma del chofer y retirarse.
“Galimba” había revisado todos los detalles y esperaba ansioso el parte del combate, en un bowling aledaño a la Panamericana. El éxito de la operación iba a levantar el ánimo de la Columna Norte que venía de una sucesión de caídas en las últimas semanas. Además era un duro mensaje a las patronales que se negaban a aceptar las reglas de la paritaria montonera.
En un Rastrojero se aproximaban el “Gordo” Miguel Lizaso y el “Gringo” Christian Caretti, ambos portaban pistolas Browning, una ametralladora Halcón y un FAL. En un 504 verde, Sergio Gass “Gabriel” y Jorge Eduardo Gonzalez “Ramon”. La quinta participante, Patricia Bullrich alias “Cali”, disfrazada con uniforme de colegio privado, había bajado de un colectivo en Avenida Maipú. Debía caminar una cuadra y subirse al 504. Pero a poco de caminar comenzó a cruzarse con otros disfrazados como ella, pero de pelo corto y aspecto policial. Un Chevrolet 400 con tres tipos de civil fue la confirmación que estaba en una ratonera. Sintió que la estaban siguiendo, dobló en una esquina y cuando estuvo fuera de la vista corrió hasta zambullirse en el jardín de una casa. A los pocos minutos desde su escondite pudo escuchar un infierno de explosiones y balazos. Los ocupantes del Rastrojero y del 504 cayeron acribillados sin siquiera poder bajarse de los autos. La operación había sido cantada y los milicos habían montado una mortal emboscada.
Recién a las 9,45 llegó a la cita de control. Allí, sin poder parar de llorar le contó al Loco Galimba lo sucedido. La explicación del fracaso llegó a los pocos días, cuando se supo, que otro veterano combatiente, Cacho Della Nave, que conocía los detalles de la operación había sido secuestrado una noche antes.
Esa no sería la primera, ni la última operación militar en la que participó Patricia- “Cali”. Había ingresado a la militancia y a la organización Montoneros de la mano de Rodolfo Galimberti novio de Julieta su hermana mayor. A fines de 1974 cuando “Galimba” es designado en la Secretaria Militar de la Columna Norte de Montoneros, llevó con el a las hermanas Bullrich y al Tano Caretti.
Patricia en Julio del 75 fue detenida y pasó varios meses en Devoto, hasta que fue liberada en diciembre del mismo año, y se reintegró a la Columna Norte.
El 3 de marzo de 1977, Patricia Bullrich y su compañero Marcelo “Pancho” Langieri partían hacia el exilio. Pero su historia militante no terminaba allí. Patricia siguió como cuadro orgánico de Montoneros en el exterior hasta febrero de 1979 cuando Galimberti comandó una nueva ruptura en Montoneros, llevando con el, a Julieta y Patricia.
A diferencia de su relato actual (donde reivindica cierto paso por «la JP»), donde niega cualquier vínculo con Montoneros, está claro que Bullrich no fue una “perejil” sino que fue un cuadro de la organización que participó conscientemente de esa etapa de la violencia armada.
Fuentes
El relato sobre Patricia-Cali fue publicado por Larraquy-Caballero en su libro Galimberti, del año 2000, escrito sobre el testimonio de “Yuyo” quien fue lugarteniente de Rodolfo Galimberti. Federico Lorenz en su libro “Cenizas que te rodearon al caer” del 2017, lo repite con algunas variantes. Y finalmente Ricardo Ragendorfer publica en 2019 “Patricia De la lucha armada a la seguridad”. Como se sabe, la única verdad es la realidad… /Agencia Paco Urondo