Crece la incertidumbre económica mientras Batakis arma su equipo y siguen los rumores de más cambios en el Gobierno
Luego de la salida de Martín Guzmán y la llegada de Silvina Batakis en su lugar en el ministerio de Economía, las fuertes pérdidas registradas este marte, en el primer día de operaciones en Wall Street luego del feriado correspondiente al día de la independencia de los Estados Unidos, parecen no haber sido todas las que esperaba el Gobierno argentino. Los bonos locales vuelven a operar en rojo durante el miércoles, tras el desplome que sufrieron en el día de ayer, en la que se registraron caídas por arriba del 12 por ciento.
Vale agregar que la deuda se encuentra atravesando por su peor momento, en referencia a la estructura y forma de la curva, a su vez que el riesgo país ya está por encima de los 2700 puntos y mantiene la tendencia alcista.
Loa bonos soberanos de la Argentina operan en negativo. Entre ellos, el Global 2029 cae 1,9% mientras que el Global 2030 pierde 2,1%. En el tramo medio, el Global 2035 y el Global 2038 retroceden 1,99% y 2,1% respectivamente, mientras que en el extremo más largo, el Global 2041 cae 2,33% y el bono a 2046 se hunde otro 2,84%. Con la caída actual, las pérdidas acumuladas por parte de los bonos en el último mes es sustancial. En promedio, los títulos más cortos caen 31%, el tramo medio baja 27% y en extremo más largo, los retrocesos son del 28%. Debido a esta fuerte baja, el riesgo país se disparó a 2705 puntos básicos, su valor más alto desde septiembre de 2020. Esto significa que desde el canje de deuda, el indicador que mide JP Morgan subió 149%
Superado el martes negro, el dólar informal descendió y volvió a repuntar a 255 pesos, con el billete verde CCL (Contado con Liquidación) se incrementó a 279,41, el Solidario $217,80. Al que sigue metiendo presión sobre los precios de todos los rubros, pero en particular de los alimentos. Remarcaciones que van desde el 20% de piso hasta 30 y 40 por cinto. Los comerciantes no tienen precios de referencia y muchos, ante la debacle, prefieren no vender o aumentar los valores a ciegas porque no se sabe cuál será el techo de la moneda estadounidense. Los proveedores no están entregando mercaderías, por lo que hay faltantes en supermercados y ya se sabe que la listas llegarán con valores insostenibles para la mayoría de la población, que vive por debajo de la línea de pobreza. Los salarios corren muy atrás de la inflación que la llegó al 60,7% interanual, y seguramente superará el 5,1 por ciento que tuvo el mes de mayo.
Mientras todo esto sucede, la asumida Batakis intenta definir los nombres de su equipo, ya que todos los funcionarios que trabajaban con Guzmán renunciaron. La falta de información por parte del equipo de comunicación de la Presidencia de la Nación, potencia la incertidumbre y los consumidores intentan stockearse con productos no precederos, y aprovechar, el que puede, adquiriendo algún elemento tecnológico o electrodoméstico a sabiendas que los esquemas de compras en cuotas fijos en los devaluados pesos se van a terminar. Especialmente los de 24 pagos.
En medio de reuniones secretas, o que se dan a conocer -pero de las que sólo hay elucubraciones sin sustento- como la de Alberto Fernández y su Vice Cristina Kirchner a puertas cerradas, en Casa Rosada se dan otras que producen rumores de más cambios en el Gabinete nacional. Son varios los nombres en danza pero pocas las certezas. Sergio Massa, por ahora, permanece en la Presidencia de la Cámara de Diputados, y varios de los leales a Fernández y que son cuestionados por el kirchnerismo, como el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, el Canciller, Santiago Cafiero, y los que ocupan cargos en el Ministerio de Desarrollo Social, como Emilio Pérsico, titular del Movimiento Evita, Daniel Menéndez (Barrios de Pie) y Fernando «Chino» Navarro, que maneja la secretaría de Relaciones Parlamentarias de la jefatura de Gabinete en Casa de Gobierno. Estos tres últimos son los referentes que manejan la totalidad de planes sociales que la senadora Kirchner pidió que vuelvan al Estado y dejen de estar tercerizados. Es decir que los administren los intendentes y gobernadores, y promover un Salario Básico Universal para uno 7,5 millones de personas.
Lo cierto, es que Argentina está atravesando uno de los peores momentos de la gestión del Frente de Todos, que entre internas y desinteligencias macroeconómicas está sumiendo a sus 47 millones de habitantes, y en particular a los que no llegan a fin de mes o están absolutamente fuera del sistema de trabajo formal, en un clima de ansiedad que recuerda períodos pre hiperinflacionarios. como los que se dieron en 1989 y el 2001, el peor de los temores de la ciudadanía, pero también de la corporación política, que en la última revuelta temió con el grito callejero que rezaba «·que se vayan todos». Un axioma que les quitaría los privilegios de los que gozan con sueldos y gastos millonarios que sostienen una brecha insostenible con los sectores pauperizados.
Juan Pablo Peralta, periodista acreditado permanente en Casa Rosada y el Parlamento nacional argentino para FM Concierto 105.5